Economía

La banca activará sistemas de vigilancia para controlar la morosidad ante la caída de la economía

La 'tormenta perfecta' por la subida de los precios que augura la guerra, la caída de la renta y las dificultades de las empresas, hacen temer un incremento de la tasa de mora, aunque las entidades vascas parten de los niveles más bajos del sistema

2 marzo, 2022 05:00

La 'tormenta perfecta' en lo económico que puede provocar la crisis de la guerra de Ucrania augura una subida desbocada de la inflación y como consecuencia una menor cantidad de dinero en manos de los ciudadanos que puede provocar un incremento en las tasas de morosidad de los créditos bancarios

Ante la posibilidad de que la crisis se agrave, la banca activará sistemas de vigilancia de los ratios de mora para controlar la evolución de estos índices, mes a mes, según confirman fuentes del sistema financiero.

Se trata, de momento, de una posibilidad en los peores escenarios que se están haciendo de la evolución de la crisis económica, y en el caso de que el cóctel entre la subida desbocada de los precios y la caída de las previsiones económicas y de la industria, tengan un efecto directo sobre el empleo.:  Sobre la generación de nuevos puestos de trabajo y, sobre todo, sobre el mantenimiento de los actuales.

Al efecto sobre las rentas de las familias que puede generar la crisis económica que conlleve la guerra provocada por la invasión de Ucrania por Rusia, se une, además, la posibilidad de que el impacto de la crisis en las empresas dificulte aún más la devolución de los préstamos concedidos durante la pandemia, algo de lo que ya vienen alertando desde las organizaciones patronales antes de que estallara el conflicto bélico y complicara aún más la situación. De hecho, el Parlamento vasco acogerá un debate sobre la flexibilización de las condiciones de devolución de los créditos a través de una iniciativa del PP.

Tasa de mora por debajo de la media

La banca vasca se encuentra en una situación casi de privilegio en relación con la media en lo que se refiere a los índices de morosidad, lo que le permite desde ese punto de vista afrontar el peor de los escenarios con una cierta tranquilidad. Hay que tener en cuenta que incluso en el último año, todavía de crisis post pandémica han conseguido reducir estos índices.

Por ejemplo, Kutxabank, cerró 2021 con un índice de mora del 1,8% y mientras que en  Laboral Kutxa fue del  2,8%. Ambas ha reducido sus ratios respecto al año anterior y se sitúan por debajo de la medida del sector financiero español, situado en el 4,3%.

"También en 2021 se pensaba que iba a subir el índice de mora", según señalan fuentes de Kutxabank y,  sin embargo, pese a que la economía no consiguió la recuperación que estaba prevista, el empleo tuvo una evolución positiva". Esto permitió que "no solo no se incrementó la morosidad, sino que se redujera hasta el 1,8%, una de las más bajas del sector".

En este sentido, insisten desde la entidad que dirige Gregorio Villalabeitia en que habrá que esperar a ver cómo evolucionan todas las variables porque la influencia en la morosidad "no parte de una sola cosa aislada", sino que habrá que ver cómo evoluciona el conjunto de la economía, si se produce una recesión global y la influencia que tiene sobre el empleo. Aunque la repercusión sobre los índices de mora es algo que ya se contempla desde sus servicios de análisis como una de las consecuencias que puede tener la subida de la inflación en todo el sistema financiero. 

De igual forma, Laboral Kutxa, la cooperativa de crédito de Mondragon, cree que habrá que vigilar si se producen variaciones de los índices mes a mes en el caso de que empeore la situación, pero ratifican que se encuentran en una media de mora que les permite tener una base sólida para afrontar posibles subidas. Laboral Kutxa también redujo de forma considerable este ratio de mora en medio punto respecto al año anterior, y el 2,8% actual la sitúa muy por debajo de la media.

Bolsa de ahorro para minimizar el impacto

Desde la entidad de crédito destacan además que se mantiene una "bolsa de ahorro" entre los ciudadanos que se ha acumulado durante el parón de la pandemia y que, de momento, se mantiene a la espera de que se confirme la recuperación, lo que podría equilibrar la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos a raíz del incremento del IPC, que todos los analistas dan ya por descontado por el incremento que se va a producir, sobre todo en los costes de la energía.

No obstante, recuerdan que normalmente los créditos hipotecarios -mayoritarios en esta entidad frente a los de empresa o consumo- "es lo último que se deja de pagar" por parte de los ciudadanos. 

El BBVA ha cerrado el año con ratio de morosidad del 4,1%, por debajo de la media del conjunto del sistema pero más cercano la tasa general.

Desde  esta entidad financiera vigilarán también la evolución que experimente el nivel de morosidad, porque, aunque consideran que la exposición de la economía española a la rusa es relativamente baja en términos agregados, "las sanciones que puedan imponerse elevarán el coste de la producción de energía o la disponibilidad de ciertas materias primas", complicando la evolución de la economía en general.

De hecho, fuentes del Servicio de Estudios del BBVA señalan a Crónica Vasca que "un escenario con precios del petróleo consistentemente por encima de los 100 dólares/barril reduciría las expectativas de crecimiento para este año, actualmente alrededor del 5,5%, cuando menos en medio punto porcentual del PIB y pondría un sesgo al alza sobre la inflación".

Pese ello, confían en que no tenga un "impacto significativo sobre la morosidad", de entrada porque consideran que pese a la situación de incertidumbre el crecimiento continuará, aunque no sea el esperado, y se utilizarán "los recursos acumulados durante la crisis como ahorro"

Recuerdan que en estos momentos el nivel de endeudamiento es hoy muy inferior al que se tenía hace unos años.

Según los datos que manejan, "la deuda de las empresas se ha reducido desde el 120% del PIB en 2008 hasta el 82% en 2021, y en el caso de las familias del 85% al 60%. En ambos casos en línea con la media europea. "Esto limita considerablemente la carga financiera de las familias", señalan desde BBVA Research. De hecho, este servicio de estudios calcula que el ahorro forzoso desde el inicio de la crisis se sitúa en cerca de 70.000 millones de euros o el 7% del PIB, español. "Lo que les de deja en una posición menos vulnerable".

Además, el BBVA considera que el incremento de los tipos de interés será "gradual" en el caso de que el Banco Central Europeo opte por la subida. En este sentido, consideran que hay que tener en cuenta que se parte de tipos de interés muy reducidos, cercanos al 0% y que muchas familias han optado por créditos a tipo fijo que les da más certidumbre sobre los pagos a futuro y por lo tanto reduce las posibilidades de no poder hacer frente a la deuda.