Economía

El Puerto de Bilbao reduce su previsión de crecimiento del 7,4 a menos de un 3%

La recuperación en las dársenas de Santurtzi no llegará en 2022 según ha explicado Ricardo Barkala

22 marzo, 2022 10:45

La crisis de suministros derivada de la huelga del transporte, aun sin cortar del todo su actividad, está haciendo estragos en el Puerto de Bilbao. La crisis en Ucrania, el alto precio del gasoil y el paro del transporte por carretera ha dejado a la vía ferroviaria prácticamente como la única alternativa para mover mercancías en unas dársenas de Bizkaia donde el 95% de los transportistas son autónomos. Pese a que no existe riesgo de colapso, el presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Barkala ha afirmado esta mañana que el Puerto de Bilbao se ha visto obligado a reducir su previsión de crecimiento para este 2022 del 7,4% a "algo más" del 2%.

En una entrevista en Radio Euskadi, Barkala ha sostenido que 2022 "no va a ser el año de la recuperación" para la actividad portuaria, a la que ha calificado de "termómetro" de la marcha de la economía y la industria del país.  El presidente del Puerto de Bilbao ha considerado este martes que el Gobierno debería "adelantar algunas medidas" para desactivar la huelga de transportes y hacer frente el alto precio de la energía y "no esperar" al día 29 de marzo. Ha explicado que la actividad dentro del puerto es de "absoluta normalidad", pero la actividad de los piquetes está impidiendo la salida de camiones y solo sale por ferrocarril uno de cada cuatro contenedores que llegan. Pese a ello, Barkala ha especificado que hay capacidad de almacenamiento para las mercancías que no puedan salir ahora, de modo que no se prevé una "congestión" de contenedores.

"La carga líquida que llega al puerto está saliendo al 50 %", si bien "la carga seca no sale por carretera por la huelga" de los camioneros, lo cual preocupa a Barkala por la afectación que ya está teniendo en la industria vasca y también por el desabastecimiento que puede llegar a haber en los supermercados. Ha reconocido que los transportistas ya tenían "problemas estructurales graves" antes de la subida de los carburantes y, por ello, ha considerado que "habría sentarse a negociar y buscar una solución lo antes posible".