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Las empresas vascas Toro y FISL son multadas por Competencia con 1,92 millones de euros

Las dos compañías han sido sancionadas por la CNMC por repartirse el mercado del combustible industrial en un expediente que afecta a seis empresas con una multa total de 3,5 millones

12 enero, 2021 18:55

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha impuesto una sanción de 3,5 millones de euros a seis empresas por organizar "tres cárteles" con los que mantuvieron durante 20 años un reparto del mercado de combustibles sólidos para la industria. El expediente afecta a dos compañías vascas, Toro y FISL, que deberán asumir una multa de 1,2 millones de euros y de 670.000 euros respectivamente. Y es que estas dos empresas con sede en Euskadi son sobre las que se inició la investigación desde la Autoridad Vasca de la Competencia que, tras comprobar que las actuaciones se desarrollaban también en el conjunto del país, trasladaron la información a la CNMC. 

Junto a Toro y FISL, las otras empresas sancionadas han sido Grafitos, Candel, GME y Capex CGC. Todas son compañías que se dedican a comercializar combustibles sólidos dirigidos a la industria principalmente del metal, en acerías y fundiciones, para cementeras e instalaciones energéticas como centrales térmicas. Se trata de coque metalúrgico, coque de petróleo, hulla, antracita, espumantes, recarburantes y el coque de petróleo micronizado en el territorio nacional. 

El "cartel" vasco operó, según la CNMC, durante 17 años 

El regulador ha detectado la operación organizada en 3 grupos de actividad. El primero, sería el formado por las vascas Toro, FISL y también por Grafito. Según señala la CNMC, las tres empresas pactaron el suministro a diversos clientes según proporciones y condiciones previamente acordadas entre ellas, tratando de mantener una "aparente actuación competitiva". Así, "coordinaron las ofertas y precios" que cada uno ofertaba por separado a los clientes, e intercambiaron información sobre la negociación individual con ellos. Además, se ha acreditado que FISL y Toro establecieron un sistema por el cual si a los clientes a los que se suministraban los combustibles sólidos reclamaban por incumplimientos en los estándares de calidad, se repartían el pago de la penalización, aunque en teoría, de cara al cliente, solo una empresa era la responsable del contrato. El acuerdo entre estas dos empresas se ha acreditado durante un periodo ininterrumpido de 17 años.

Por ello, Toro debe afrontar una multa de 1,25 millones de euros, FISL de 670.000 y Grafitos de 425.000 euros. Además sus directivos deberán responder personalmente con 116.300 euros. 

Los otros dos cárteles, según señala la CMNC, estaban formados por Candel, GME y Capex CGC. Deberán afrontar una sanción de 1,21 millones de euros y 50.400 euros para sus directivos.