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Bain Capital asegura que la sede de ITP seguirá en Euskadi

El fondo de inversión norteamericano confía en la incorporación del Gobierno vasco a ITP y mantiene su objetivo de que la compañía siga en Euskadi desarrollando su proyecto industrial con su plantilla

25 septiembre, 2021 20:54

El mensaje del lehendakari Urkullu, que hasta ahora no se había pronunciado sobre la operación de ITP Aero, ha evidenciado cierto malestar en el Gobierno vasco por el hecho de que , como adelantó 'Crónica Vasca', Sener se haya caído del consorcio que Bain Capital ha conformado con la empresa guipuzcoana SAPA, dedicada a tecnología de defensa, y el grupo inversor JB Capital para hacerse con ITP. Urkullu ha recordado que las condiciones para que el Gobierno vasco entre en la operación son que ITP mantenga el 'arraigo' en Euskadi y el proyecto empresarial. Fuentes cercanas a Bain Capital y que participan en el proceso han confirmado que ese compromiso está intacto y que ITP seguirá en Euskadi con un "proyecto industrial sólido" con el desarrollo de "empleo y el mantenimiento del centro de decisión y el domicilio social". Bain Capital es el fondo norteamericano que está negociando con Rolls Royce la compra de la aeronáutica vasca, ITP Aero, después de hacer la oferta más fuerte económicamente con 1.600 millones de euros. 

Bain entiende las preocupaciones del Gobierno y la situación generada, pero insiste en que las cosas no han cambiado y su compromiso es firme, así como mantiene las expectativas de que el Ejecutivo vasco entre en la operación y muestra su disposición a seguir manteniendo todas las conversaciones necesarias para ese objetivo. La consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, ha señalado en varias ocasiones la intención de su Gobierno de entrar en el accionariado del nuevo propietario para garantizar el 'arraigo' de la empresa en Euskadi. Todos los contactos hasta ahora han ido en esa línea, si bien es cierto que la apuesta del Gobierno vasco era que Sener fuera el socio vasco industrial de referencia en la operación. Una alternativa que ha decaído, al menos en el primer movimiento de cara a formalizar la compra de ITP el lunes 27 de septiembre. Bain Capital ha conformado la base del consorcio, abierto a futuras incorporaciones, con el socio industrial SAPA, la empresa guipuzcoana con sede en Andoain. Una alternativa que ha dejado de lado a la ingeniería de la familia Sendagorta con sede Getxo. 

Según han explicado fuentes conocedoras de la negociación, Sener había condicionado su entrada a una presencia en el consejo de administración por encima del valor de sus acciones y con capacidad para vetar muchas decisiones de gobierno. Era una estrategia para mantener el control de ITP, aunque las acciones de Sener, el Gobierno vasco y otras compañías no llegarán a más del 30% que el fondo norteamericano se ha mostrado a ceder. Esa falta de acuerdo ha hecho que Bain organice el consorcio con SAPA y JB Capital para firmar el acuerdo con una serie de condiciones y abierto a futuras incorporaciones en los próximos meses. Estas podrían ser la propia administración vasca con su fondo de participaciones empresariales u otras compañías que los gobiernos establezcan. Pero, según apuntan todas las partes, la firma no se puede retrasar dada la premura de Rolls Royce por generar ingresos para hacer frente a su situación financiera. 

El caso es que el Gobierno de España, por la naturaleza estratégica de ITP Aero, que desarrolla diversos trabajos de Defensa, tiene capacidad de bloquear la operación y por eso había solicitado que se conformara en torno a Bain un grupo de empresa que aseguraran el proyecto industrial y el enraizamiento español y vasco de la aeronáutica con sede en Bizkaia. Esta exigencia ha chocado con la problemática de encontrar a una compañía del sector con la liquidez y la voluntad de entrar en la operación. Bain Capital dejó claro desde el principio que contaba con fortaleza suficiente para afrontar el coste financiero poniendo 1.600 millones de euros en una oferta. Desde esa posición se ha mostrado dispuesto a ceder un 30% del accionariado del nuevo propietario de ITP con facilidades de financiación, pero sin ajustar el precio, aunque sí dando un derecho de veto para determinadas decisiones y cierta sobrerrepresentación en el consejo, sin llegar a dominarlo.