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La falta de normativa entorpece el desarrollo del hidrógeno y sus inversiones en Euskadi

El Corredor Vasco del Hidrógeno ha puesto en marcha una comisión para acelerar el proceso con las administraciones, Nortegas tramita sus hidroductos apoyado en la regulación de gas natural y desde Tecnalia señalan la importancia de adaptar la regulación

15 febrero, 2022 05:00

El País Vasco contempla inversiones por más de 2.000 millones de euros para desarrollos de proyectos de hidrógeno en los próximos años. Un calendario en el que son de vital importancia los recursos de los fondos europeos y entre los que destaca una de las iniciativas más voluminosa: el Corredor Vasco del Hidrógeno impulsado por Petronor. Esta fuente de energía está llamada a desempeñar un papel clave en la descarbonización y centra el esfuerzo de importantes empresas como CAF, Talgo o Irizar que buscan desarrollar nuevos motores que funcionen con pilas de hidrógeno, además otras compañías como Nortegás están desarrollando un vital proceso para dar cabida al hidrógeno en sustitución del gas natural en su red de distribución conectado a la central que proyecta Bizkaia Energía en Amorebieta. Muchas inversiones, mucha incentivación desde los gobiernos, pero en los primeros pasos de estos proyectos está surgiendo un grave problema y es que a la administración le ha pillado el boom del hidrógeno sin la regulación necesaria para encauzar y orientar todo este esfuerzo inversor de las empresas. El terreno está sin dibujar y falta seguridad jurídica para las inversiones millonarias que se proyectan. 

Portavoces de Nortegas recuerdan a 'Crónica Vasca' que es importante que la administración sea flexible y ágil en adaptar las normativas y tramitar los proyectos relacionados con el hidrógeno que se están presentando para poder cumplir las exigencias de calendario que marcan los fondos europeos y evitar así que el atasco administrativo provoque la pérdida de estas ayudas. 

Petronor lidera uno de los proyectos más importantes relacionados con el hidrógeno y que contempla la creación de toda su cadena de valor, tres centrales de generación y una fábrica de electrolizadores. Se trata del Corredor Vasco del Hidrógeno que ha creado una comisión de trabajo desde la que, como explica a 'Crónica Vasca' su presidente, José Zudaire, "estamos trabajando en colaboración con las administraciones públicas para impulsar y acelerar todo el proceso de normativa y homologación de procedimientos administrativos". En esa comisión participa también Nortegas. Y es que una de las primeras inversiones que está realizando la instalación de la compañía en Muskiz es un hidroducto que llevará el hidrógeno obtenido con energías renovables al Parque Tecnológico de Abanto, donde se creará un centro estratégico sobre esta fuente de energía. 

Según explica Fernando Espiga, responsable de la Estrategia de Transición Energética en Tecnalia, actualmente se está recurriendo a una normativa antigua y centrada en limitar los aditivos para el gas en su red de distribución. una regulación que los limita al 5% para garantizar la pureza del gas. Un 5% que es la cantidad que emplearía ahora Nortegas para inyectar hidrógeno en su red de distribución y no porque sea la proporción idónea, sino porque es la que permite la actual normativa. 

Cuello de botella en la administración

Espiga reconoce que estos impedimentos sí pueden generar un "cuello de botella en la administración" y señala la importancia de que haya una seguridad jurídica para las inversiones millonarias que han incentivado los poderes públicos con sus políticas. Así, el experto del centro de investigación más importante del País Vasco relata cómo muchas grandes inversiones como las de los constructores ferroviarios necesitan saber cómo va a ser la regulación de la pila de hidrógeno y los condicionantes de su uso en las locomotoras. Son datos fundamentales que "dan seguridad a la inversión". Estas "barreras regulatorias" que señala el responsable de la Estrategia de Transición Energética de Tecnalia afectan también a otras áreas como la hidrogeneras.

Otra de las vertientes que la regulación debe resolver es la de la certificación del origen renovable, estableciendo unas medidas que puedan garantizar que realmente el hidrógeno que se está comercializando tiene origen gracias al empleo de energías verdes, como la eólica. Y, por último, señala Espiga, "sería deseable que la regulación estableciera direcciones y objetivos para desarrollar la innovación", que "fuera por delante" teniendo en cuenta los futuros desarrollos, como es el caso de Reino Unido con las calderas de gas. Y es que el país británico ya ha regulado que las calderas que se comercialicen estén preparadas para quemar mezclas de gas e hidrógeno para cuando lleguen. 

Regular la explotación comercial

Desde Nortegas señalan a 'Crónica Vasca' que es necesario que la "regulación acompañe" para que la "viabilidad y el ritmo de inversión de las iniciativas se vea favorecida por una mayor flexibilidad y agilidad en la tramitación de los proyectos para que estos puedan encajar en los timepos qeu marcan los diferentes programas de ayudas europeos".  Además, Nortegas, que lidera los dos primeros proyectos de distribución de hidrógeno, señala en la memoria de una de sus iniciativas que la falta de regulación deja sin resolver "los roles de los agentes en la futura economía del hidrógeno: actividades reguladas o liberalizadas". Además reclaman una política energética que fije objetivos y el orden en que serán sustituidos los combustibles, así como una "regulación administrativa que permita la tramitación de los hidroductos". Son problemas con los que el segundo operador nacional de gas, con presencia en Euskadi, Cantabria y Asturias, se está encontrando en el desarrollo de su pionera red de distribución de hidrógeno

En la parte económica y en la explotación comercial de la red también aparecen problemas generados por la falta de regulación. Nortegas pide un régimen retributivo ligado a los hidroductos que sean necesarios para conectar la producción de hidrógeno con su inyección en las redes actuales de gas. Se trata de un mercado de "generación y venta" del hidrógeno y que de garantías sobre el origen.