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El Gobierno vasco aparca el proyecto de la central de biomasa proyectada en Lantarón

La apuesta de esta tecnología en Euskadi se centra en el desarrollo del autoconsumo y en la cercanía de la producción energética desarrollada en instalaciones más dimensionadas

20 febrero, 2022 05:00

El concepto de la biomasa como fuente de energía está sufriendo un rediseño en los últimos años, pasando de grandes proyectos de grandes instalaciones para obtener energía de residuos forestales, vegetales y agrarios a instalaciones más dimensionadas, pero cercanas a los centros poblacionales y que no requieran grandes desplazamientos para obtener los materiales orgánicos con los que se obtienen los recursos energéticos. Es una de las causas por las que la central que se proyectaba en la localidad alavesa de Lantarón queda aparcada en los Presupuestos del Gobierno Vasco. En el ejercicio pasado el Ejecutivo, a través de su sociedad pública Cadem, contemplaba partidas para ampliar los terrenos con los que cuenta en ese término municipal y para impulsar el arranque del proyecto, cantidades que en este año han desaparecido dejando solo en el activo de la entidad el valor de 1,8 millones de euros del suelo. 

En esa parcela se han venido planteando diferentes alternativas energéticas, desde una central de ciclo combinado hace 20 años a una instalación de Biomasa de unos 20 MW de potencia con la que se empezó a analizar la posibilidad hace cinco años. La instalación, que fue recogida por el Gobierno en el documento Euskadi Next Generation EU, que aúna las iniciativas susceptibles de recibir financiación europea, preveía una inversión de 70 millones de euros. Pero las dificultades técnicas, la incertidumbre de la regulación y ciertos problemas ambientales están atascando esta línea de desarrollo de la biomasa.

La biomasa sigue siendo una línea estratégica dentro del plan de energías renovables del Gobierno vasco. Actualmente Euskadi cuenta con una capacidad de generación con este sistema de 70 MW y el objetivo para 2030 es alcanzar los 110 MW. La biomasa es un recurso renovable que crece para el calentamiento de edificios y en zonas urbanas gracias al empleo de residuos urbanos, o la elaboración de 'pellets' para calderas de hogar, no ocurre lo mismo lo mismo con la biomasa natural. Lantarón lleva oyendo hablar de un proyecto de estas características desde hace 20 años, pero por una u otra cosa no termina de concretarse. 

Agentes del sector advierten de problemas ambientales como la huella de carbono que generaran los camiones que transportan la madera a las instalaciones, así como la gestión de plantación y tala de bosques. De hecho los intentos de establecer alguna línea de trabajo en esta línea con los forestalistas vascos en los últimos años no ha terminado de concretarse. 

El Gobierno central proyectaba una subasta de derechos para generación de energía con biomasa de 140 MW a finales del 2021, pero la ha retrasado a este año para tratar de afinar los detalles y condiciones con las compañías, entre las que destaca ENCE, el mayor operador español de esta tecnología con 170 MW instalados y con la planta más grande de España de esta tecnología, situada en Huelva y con más de 40MW de potencia.

La estrategia de la biomasa seguirá siendo la de seguir impulsando proyectos que la desarrollen 'in situ', en los lugares donde se generen tipos de residuos como serrín, cortezas, maderas. En esos casos, ese tipo de industrias podrían emplearlos para autoabastecerse. Del mismo modo, en instalaciones ganaderas o agrícolas. En ese sentido, la fundación del Gobierno para el desarrollo alimentario, agrario y litoral, HAZI, ha firmado un convenio con el EVE (Ente Vasco de la Energía) para impulsar estas medidas y contempla el estudio, por ejemplo de una alternativa para emplear sarmientos de las vides de Rioja Alavesa desechadas tras la poda. 

La otra gran vertiente de desarrollo de la biomasa, el uso residencial en edificios, está encontrándose con otro problema. El abaratamiento de las inversiones necesarias para la instalación de placas fotovoltaicas está haciendo que esta alternativa gane peso a las de biomasa que, además, requieren una caldera de gran tamaño para los 'pellets'.