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El Metal de Álava explora un pacto de rentas que rebaje la tensión laboral en Euskadi

SEA y sindicatos muestran disposición a avanzar este mes en una negociación que tiene al IPC como gran obstáculo y podría recoger mejoras del último acuerdo en Bizkaia

3 julio, 2022 05:00

"Mira Bridgestone o Sidenor. Es que tiene que ser así, no hay otro camino", resume el presidente del comité de una gran factoría de Euskadi cuando se le cuestiona cómo se puede dar salida a los convenios en un escenario de inflación de dos dígitos. Y hay otro ejemplo reciente de que es posible conciliar posturas como es el Metal de Cantabria: subidas fijas inferiores al IPC con una garantía para recuperar una parte de la diferencia con los precios al término del convenio. ¿Es posible un pacto de rentas de ese tipo en los conflictos del Metal de Bizkaia y Álava? En el caso de la industria alavesa no se descarta que pueda haber movimientos en esa línea las próximas semanas.

El hecho es que las mesas de un territorio y otro están en puntos diferentes. El Metal alavés inició antes la convocatoria de movilizaciones (hay tres huelgas convocadas para mediados de septiembre) y tiene las tablas pendientes de actualizar desde 2017. El conflicto está en una fase más avanzada que en Bizkaia y, de hecho, hay una reunión prevista para el próximo día 8 en la que ambas partes han depositado ciertas expectativas. Para que haya avances los sindicatos ponen como línea roja en primer lugar recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos años, el grueso recogido en el 6,5% de inflación de 2021, y a partir de ahí se abre un margen de maniobra.

Trabajador del Metal. / EP

Trabajador del Metal. / EP

Sobre la mesa en Álava hay un convenio hasta 2024, para el que la patronal SEA ofrece un 2,25% para 2022 y el 1,75% para los dos siguientes ejercicios. Se propone además compensar el desajuste con el IPC global (si las sumas esos tres años superan el 5,75%) en 2025, hasta un máximo de 4 puntos, y el resto en 2026. Es decir, la postura empresarial, aunque en diferido, ya incluye un compromiso de mantenimiento del poder adquisitivo a largo plazo. "La situación de Álava y de Bizkaia son distintas", dice Luis Mouliaa, de CCOO, que no cierra la puerta a poder avanzar con SEA en este mes de julio. "Pero tenemos que dar pasos e ir más allá de los salarios. Queremos hablar de subrogación o de bajar jornada, poner el convenio al mismo nivel que el de Bizkaia", apunta respecto a los avances cosechados en el último convenio vizcaíno en 2019.

Por tanto, y aunque hay más camino por recorrer, la mesa alavesa está más cerca que la vizcaína de cosechar movimientos en dirección al acuerdo, coincide Antonio Ríos, de UGT. El calendario aprieta, con el parón de agosto en unas semanas y tres jornadas de huelga nada más arrancar el curso en septiembre. Además, aunque los números asustan, en estos momentos se negocia con cifras de inflación conocidas, que pasan a ser una incógnita a partir del verano.

Piquete en Sidenor en la huelga del metal de Bizkaia. / Twitter: @ugt_fica

Piquete en Sidenor en la huelga del metal de Bizkaia. / Twitter: @ugt_fica

"La conflictividad acaba de empezar"

En cuanto a las probabilidades de que un acuerdo para gestionar el IPC a varios años en Álava sirva de espejo para el Metal de Bizkaia, los sindicatos mantienen la prudencia y descartan automatismos. "Las huelgas no han hecho más que empezar", señala Unai Martínez, responsable de Industria de ELA, que señala que tras las últimas jornadas de paro la pelota está en el tejado de SEA y FVEM.

"Nosotros miramos el convenio en conjunto, pero apostamos por incrementos superiores al IPC. Ya nos gustaría, pero a día de hoy no hay ninguna propuesta empresarial seria que analizar", dice Martínez, que insiste en que 2021 "ha sido un buen año para el beneficio empresarial, falta mano de obra y hay carga de trabajo". "Los trabajadores no van a asumir una pérdida del 16% (sumando los IPC de 2021 y 2022) con los brazos cruzados", advierte.

ELA ya se quedó fuera del último convenio del Metal de Bizkaia, que salió adelante tras un acuerdo histórico entre LAB, CCOO y UGT. Fuentes sindicales dan por hecho que el camino a explorar ahora es ese mismo, una alianza entre estas tres siglas, toda vez que los acuerdos de eficacia limitada están descartados.

Por otro lado, a rebufo de los Metales caminan otras negociaciones de empresa en firmas industriales de mucho peso como Arcelor Mittal, Nervacero, Megatech o Tubos Reunidos. En todas ellas la inflación se coloca como principal obstáculo en unas negociaciones que pueden desembocar en conflicto en otoño.