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El Metal de Bizkaia se encamina a otra fase de huelgas antes del verano

Los sindicatos ya diseñan un calendario de paros ante la falta de avances en el nuevo convenio

16 mayo, 2022 05:00

La historia va camino de repetirse en el Metal de Bizkaia, abocado de nuevo al abismo del conflicto laboral como ocurrió en 2019. Es la hora de renovar el acuerdo suscrito entonces tras un largo periodo de tensión con diez jornadas de huelga y la sensación es la misma que cuando se abrió aquella negociación: evitar el conflicto sería casi un milagro. Este mismo lunes hay convocadas concentraciones por parte de los sindicatos a las puertas de una nueva cita negociadora, de la que se espera poco. De hecho sobre la mesa sindical ya hay varias hojas de ruta que contemplan convocatorias de huelga antes del verano.

La industria de Bizkaia seguiría los pasos así de la alavesa, con tres días de huelga previstos para esta segunda quincena de mayo, el primero el miércoles 18. Quedaría así como único territorio con los deberes hechos Gipuzkoa, que además ha rubricado una subida similar al IPC para sus 50.000 industriales de cara a 2022. La elevada inflación es una de las claves que dificultan avanzar en el caso del metal de Bizkaia, con una cifra de trabajadores muy similar al guipuzcoano, también unos 50.000. Los sindicatos mantienen la línea roja de que cualquier acuerdo salarial a corto plazo debe recoger la evolución de la inflación, algo a lo que los empresarios vizcainos aseguran no poder comprometerse.

El listón ofrecido por la Federación Vizcaina de Empresas del Metal (FVEM) está en el 2%, demasiado poco para la parte sindical, que insiste en que la inflación superó el 6% en 2021. En ese sentido el escenario actual es radicalmente distinto al que se vivía en 2019, con un ritmo de escalada de precios mucho menor al de ahora y por tanto más asumible a la hora de aplicar subidas para la pequeña y mediana empresa. El acuerdo cerrado entonces, que venía a actualizar un convenio pendiente desde 2011, incluía mejoras salariales vinculadas a IPC, incluso ligeramente por encima, para el tramo 2018-2021.

Pero ahora las cosas son muy distintas, como vienen dejando claro desde FVEM desde el primer minuto de la negociación. La organización empresarial vizcaina acostumbra a llevar con mucha discreción este tipo de negociaciones y la que se desarrolla estos meses no es una excepción, aunque su punto de partida en el tema salarial es nítido. Es cierto que un convenio va mucho más allá del capítulo salarial, pero este es un punto clave sin el cual no se puede avanzar en todo lo demás. El paso adelante de FVEM en cuestión de sueldos fue una de las claves para poner fin a las huelgas en 2019, junto a un compromiso de mantenimiento del empleo en subcontratas y firmas auxiliares.

Distintas rutas sindicales

En la parte sindical hay consenso en que el mínimo salarial está en el IPC y hay disposición a tensar la cuerda con ese objetivo, tal y como se está haciendo en grandes compañías como Arcelor Mittal. Lo que ya no está tan claro es cómo abrir el melón de la presión social, que en 2019 acabó dando sus frutos pero con importantes peajes para las dos partes. De hecho ELA, mayoritario en el sector, no estampó su firma en aquel acuerdo, que pudo salir adelante gracias a que LAB, CC.OO. y UGT juntos suman más del 50% de la mesa.

En esta ocasión hay unanimidad en lo oportuno de iniciar un periodo de movilizaciones y huelgas, pero no todas las centrales tienen claro que haya que abrir la espita en la misma intensidad. ELA ha planteado cinco jornadas de paro, mientras que la propuesta que va tomando forma sería iniciar el proceso con tres días de huelga, como se ha hecho en Álava. Todo apunta a que ese calendario se pondría en marcha de forma inminente y la intención de hecho es poder hacer confluir algunas movilizaciones con las del metal alavés.

La reunión programada para este lunes serviría así como punto y aparte en el proceso negociador, que elevaría varios grados su temperatura volviendo a entrar el sector en un clima muy complicado. Fuentes sindicales remarcan que sería una auténtica sorpresa que FVEM moviera sus posiciones hasta el punto de hacer variar esta hoja de ruta.