Predecir el futuro no es fácil y en contextos inciertos y acelerados como lo actuales, menos. Pero hay diferentes manera de, por lo menos, intentarlo. Una de ellas es a través de la planificación por escenarios. En su artículo “Doing Scenarios - scenarios can help predict the future”, Art Kleiner define los escenarios como cuadros o pinturas imaginadas sobre futuros potenciales. Los escenarios no son empleados para predecir el futuro con total certeza, más bien son un mecanismo que sirve para comprenderlo mejor, o incluso para construir un futuro idealizado y para prever efectos no deseados.

La planificación por escenarios permite a su vez, proveer de bases más firmes a la toma de decisiones, permite identificar amenazas y oportunidades, sugerir una variedad de enfoques diferentes, ayuda a evaluar las políticas y también las acciones alternativas.

Esta definición es una manera de explicar los mecanismos de planificación y gestión que últimamente aplican poco a la cara visible de los partidos políticos, que desconcertados y/o protagonistas de un mundo acelerado que ellos mismo provocan, parecen no terminar de entender la dimensión de la crisis social y económica a la que nos enfrentamos, que requiere precisamente de planificación y estrategia que permita prever el impacto de las decisiones que toman. Si algo hemos aprendido en estos tiempos interconectados, es que el aleteo de un murciélago en Wuhan provoca una pandemia mundial, y que la decisión de un partido político en Murcia, que participa a su vez en otros gobiernos regionales y municipales, provoca un terremoto político estatal de dimensiones todavía imprevisibles.

La decisión de un partido político en Murcia, que participa a su vez en otros gobiernos regionales y municipales, provoca un terremoto político estatal de dimensiones todavía imprevisibles

Esta semana me tocó impartir clase en un Postgrado sobre gobernanza pública. El título de la clase era 'La configuración de las agendas políticas es una cuestión compleja. Cómo incidir en la definición, formulación y composición de los asuntos públicos'. Algunos alumnos y alumnas compartían su preocupación ante tanta inestabilidad e incertidumbre que hace difícil saber o prever cuáles son los temas que definen la agenda política, cuáles son las políticas públicas que ocupan a los gobiernos, cuáles son esas políticas públicas que marcan la agenda de los partidos políticos que gobiernan y de los que están en la oposición.

Si bien es cierto que hay mucho de verdad en esa preocupación, también es cierto que la polarización de los debates parlamentarios nos impiden ver cuestiones de política pública que suceden día a día en las comisiones parlamentarias. Allí se toman decisiones, se impulsan normas y promueven cambios regulatorios que impactan en la vida de las personas y en el funcionamiento de organizaciones y empresas; decisiones trascendentes que determinarán nuestro futuro como sociedad (piensen, si no, en la futura Ley vasca de Educación que se tramitará esta legislatura). Solo hay que entrar en la web del Parlamento Vasco e interesarse por las comparecencias que allí se producen y que no se llevan la atención de los debates que vertebran la opinión publica.

La polarización de los debates parlamentarios nos impiden ver cuestiones de política pública que suceden día a día en las comisiones parlamentarias

Estos días se debaten en la Cámara vasca cuestiones como la futura Ley de Juventud, la Ley de Igualdad y durante esta legislatura está prevista la tramitación de más de 20 leyes algunas de gran impacto como son la Ley del Cambio Climático, la Ley de Desarrollo Rural o la Ley de Salud Pública. Qué estos temas no capten la atención de los grandes medios ni de las redes sociales, no quiere decir que no estén presentes en el debate político. Les animé a conocer la agenda política y a poder influir en ella, porque además de ayudar a construir sociedades más democráticas, la mejor manera de acabar con la antipolítica es hacer buenas políticas.