La guerra que lleva ya dos semanas sin dar tregua en Ucrania ha impactado directamente en la economía y en las empresas vascas. En apenas una semana, el Gobierno vasco ha cambiado su discurso, pasando de un "revisión de previsiones", a una "emergencia energética" y ya terminar en una "economía de guerra con severas consecuencias". Primero fue el consejero Azpiazu el que aseguro que "los acontecimientos bélicos que se han producido entre Rusia y Ucrania obligan a realizar una valoración de 2022 diferente a la que se hizo en diciembre". Más tarde fue Arantxa Tapia quien alertaba de que Euskadi está en "emergencia energética" y por ello asegura que hay una amenaza real de que algunas factorías se vean abocadas a parar. Finalmente el lehendakari iba un paso más allá y ya hablaba de una "economía de guerra" con consecuencias "severas".