La baja por motivos médicos de Eduardo Zubiaurre abre un periodo de incertidumbre en la cúpula de Confebask. La patronal vasca quiere preservar la intimidad del empresario eibarrés y esperará un par de meses, al menos hasta la segunda mitad de julio, para tomar decisiones sobre un posible relevo. En Confebask quieren exponer poco públicamente a la presidenta en funciones, Isabel Busto, a quien el bastón de mando le llega por sorpresa, pero esa situación no puede prolongarse en el tiempo. La organización que representa a los empresarios vascos necesita contar con una cara visible cuanto antes y, aunque la situación de Zubiaurre es comprensible desde todos los puntos de vista, urge tomar decisiones, sobre todo si se sospecha que la baja del empresario guipuzcoano va a ser larga. Tanto por lo que supone la presidencia de la principal organización empresarial vasca en el trabajo del día a día con otros agentes sociales como por la proyección pública que tiene el cargo de cara al exterior.