El salto histórico al autogobierno previo a 1838 en el pleno de política general ha pillado descolocados a los grupos parlamentarios, pero también ha evidenciado cierto reduccionismo histórico. Precisamente el conocido abrazo de Bergara entre Maroto y Espartero fue lo que abrió la tradición foral vinculada a un Concierto Económico y una relación de concertación de voluntades que hasta entonces no existía.