El consejero de Educación del Gobierno vasco, Jokin Bildarratz, presentaba por fin esta semana el ansiado decreto sobre el reparto de alumnos vulnerables en los colegios de Euskadi. A priori, su idea de que los colegios públicos y concertados se repartan a estos alumnos suena a buena idea para combatir la segregación en la escuela vasca. Sin embargo, la letra pequeña del decreto disgusta sobremanera a diferentes agentes sindicales y educativos, que consideran que esta opción no servirá para resolver los problemas estructurales de la educación vasca. 

Llueve sobre mojado, porque la verdad es que toda la gestión de Bildarratz parece estar envuelta en polémica justo cuando se debate en el Parlamento una Ley tan importante como la de Educación. Sin ir más lejos, este sábado tendrá lugar una movilización en Bilbao contra el anteproyecto de ley. Síntoma de que, como viene informando este diario, el cuento educativo no parece tener un final feliz.