Esta pasada semana el consejero delegado de Másmóvil, el austríaco Meinrad Spenger, daba una conferencia en San Sebastián para calmar a la hinchada euskalteliana, que no acaba de entender qué pinta este operador en el seno de otro. Que fuera en Donostia antes que en Bilbao se justificaba porque el comprador tiene, al menos formalmente, su sede en la capital guipuzcoana.

Allí estaban todos los consejeros de la compañía que residen en el norte, incluido el catalán Josep María Echarri, cofundador del fondo Inveready recientemente establecido en San Sebastián para aprovechar las ventajosas condiciones fiscales que la Diputación ha establecido para profesionales de las inversiones como él. Además de Xabier Iturbe, el que fuera presidente de Euskaltel al que muchos en el PNV señalan como traidor por llevarse a casa algo más de un millón de euros de bonus solo por firmar la venta del operador de Derio.

 

El 55% del capital de la compañía fusionada fue a parar a los accionistas de Ibercom y especialmente a José Poza, que junto a Luis Villar pasó a controlar el 32% de las acciones

 

Pero faltaba alguien muy relevante, el auténtico culpable de que todos ellos estuvieran en Donostia: José Eulalio Poza. Este informático guipuzcoano era el máximo accionista de Ibercom cuando esta compañía se fusionó con la Másmóvil de Spenger, que entonces era un pequeño operador virtual de móvil sin red ni capacidad tecnológica. Aunque el austríaco le haya dado la vuelta a la historia y ahora solo diga que se juntaron "con una empresa de Donosti", lo cierto es que la guipuzcoana era más grande que la madrileña.

El 55% del capital de la compañía fusionada fue a parar a los accionistas de Ibercom y especialmente a José Poza, que junto a Luis Villar pasó a controlar el 32% de las acciones. Meinrad Spenger y su socio noruego Christian Nyborg, que en 2014 dejó Másmóvil, se quedaron con apenas un 7%. La operación recuerda en cierta medida a la de la fusión BBV-Argentaria, donde el pez pequeño acabó comiéndose al grande por una suerte de carambolas.

 

¿Y qué queda del arraigo? Euskaltel sigue operativo, pero es fácil imaginar que en unos pocos años desaparecerá por completo, tal y como está sucediendo con la vieja Gamesa una vez desarmada de ejecutivos vascos

 

En este caso, el liderazgo comercial fue el que llevó a Spenger a comandar la nave. Pero no hay que olvidar que no podría haber llegado muy lejos sin el músculo financiero que le dio la cotización en bolsa, una de las obras de arte financiero de la firma donostiarra Norgestión, y el talento técnico que ya existía en el operador guipuzcoano, auténtico responsable del funcionamiento de la maquinaria. El resultado es conocido: el tándem fue creciendo mucho
más rápido que sus competidores vía compras y generosas ofertas, hasta retar a los Telefónica y Orange.

Pero esta parte de la historia ha desaparecido de la memoria de Spenger, que no mencionó ni una sola vez a Ibercom en su discurso donostiarra. Es más, su presentación incluía los principales hitos de Másmóvil y ninguno de ellos era el de su fusión con el operador guipuzcoano. Poza, un tipo que ante todo es muy sensato, prefirió no asistir a este espectáculo de injustos olvidos.

No es lo único que le aleja de Spenger, que durante su charla hizo un par de guiños locales con una camiseta txuri-urdin y la constante utilización de la palabra "Estado". Convertido ya en dueño y señor de Másmóvil, el austríaco ha prescindido completamente de Poza (y de cualquier vasco) en un consejo de administración que hoy está repleto de representantes de los fondos propietarios y en el que curiosamente solo hay una mujer. La bolsa manda.

 

Es verdad que Xabier Iturbe y Jon Ander de las Fuentes siguen figurando en el staff euskaldun, pero su presencia parece más decorativa que otra cosa

 

¿Y qué queda del arraigo? Euskaltel sigue operativo, pero es fácil imaginar que en unos pocos años desaparecerá por completo, tal y como está sucediendo con la vieja Gamesa una vez desarmada de ejecutivos vascos. Es verdad que Xabier Iturbe y Jon Ander de las Fuentes siguen figurando en el staff euskaldun, pero su presencia parece más decorativa que otra cosa. Los fondos de inversión, que miden solo por euros y no por arraigos, fulminarán todo el color naranja en cuanto se olvide el disgusto de la compra. Donostia será un sitio "con mar y con mejor comida", en palabras de Spenger, en el que se rubrican algunas decisiones y poco más.

Poza, que ya vio lo que estaban haciendo con su herencia, hace tiempo que ha pasado página. Los 150 millones que ha ganado con la venta de Másmóvil se están dirigiendo a otros objetivos. Su gestora de inversiones Easo Ventures acaba de cerrar un segundo fondo que irá dirigido íntegramente a startups y especialmente guipuzcoanas. Lleva tiempo negociando con el Gobierno vasco algo gordo en capital riesgo y se llegó a rumorear que iba a ser el caballero blanco de Aernnova. Su antigua compañía va a lo que va, a por la bolsa, pero el emprendedor no ha perdido el arraigo. Y así se construyó, a base de fundar, vender y volver a crear empresas, lo que hoy en día es Silicon Valley.