Las librerías disponen de una balda dedicada a la venta de libros para estimular la autoestima: 'Los seis pilares de la autoestima', 'Enamórate de ti', 'El arte de no amargarse la vida', "Quiérete mucho' y así hasta un sin fin de publicaciones para resolver esos complejos de inferioridad que parecen estar muy extendidos en el mundo occidental. Se trata de un género literario de "autoayuda" que sirve para superar el pesimismo y afrontar las adversidades con alegría y confianza. Así es como la ministra de trabajo, Yolanda Díaz, aborda diariamente su trabajo y bien podría convertirse en la musa de todos los escritores de esos libros o ser ella misma la heroína de un manual de ese género.

Con los peores datos de paro de la Unión Europea, una tasa de desempleo juvenil que alcanza el 38%, más del doble que la media de la Unión, que está en el 17,1%, una diferencia entre el paro femenino y masculino que no se da en ningún otro país europeo y un amplio colectivo acogido a los ERTE que podría incorporarse al paro cuando las circunstancias legales lo permitan, Yolanda Díaz dice que "miramos a Europa sin complejos. No vamos a Europa a aprender, damos ejemplo",  "Europa mira a nuestro país" y, en efecto, en esto segundo tiene razón, pero no miran a nuestro país por "estas legislaciones vanguardistas" como presume la ministra por sus últimas aportaciones sino por la preocupación que suscita que una economía como la española se encuentre en una debilidad laboral tan inquietante.

"Europa mira a nuestro país"  pero no miran a nuestro país por "estas legislaciones vanguardistas" como presume la ministra sino por la preocupación que suscita que una economía como la española se encuentre en una debilidad laboral tan inquietante

Ya en mayo del año pasado, la ministra se vanagloriaba de que "En abril se han reconocido 3.333.700 nuevas prestaciones, alcanzando un total de 5.197.451 prestaciones pagadas, cifra histórica que revela el incremento de la protección social, articulada por este Gobierno" y que, según decía, ponía en valor al Ministerio de Trabajo, lo que da una muestra de su grado de exigencia con la creación de empleo.

Todos esos millones de personas que se encuentran en paro merecen mayor prudencia a la hora de valorar la propia gestión del Ministerio que preside y la interpretación que se puede extraer del mismo.

Los últimos datos arrojados por la EPA han mostrado que la afección de la crisis económica causada por la covid no tiene sobre el empleo la afección que tuvo la crisis financiera de 2008, pero ello no quita que la recuperación esté siendo muy difícil para el empleo y también para la recuperación de la capacidad adquisitiva de los autoempleados y los pequeños empresarios, que están costeando con sus ahorros la superación del caos vivido en los últimos quince meses.

Las estimaciones de la Cámara de Comercio de España calculan que entre este año y el 2022 se crearán 1.034.000 puestos de trabajo, que no llegan a compensar el 1.375.000 de empleos perdidos en 2020. A su vez, aunque se lograra igualar, seguiríamos en unas tasas de paro estructural que están completamente reñidas con la alegría y la soberbia con la que se expresa la ministra.

 La recuperación esté siendo muy difícil para el empleo y también para la recuperación de la capacidad adquisitiva de los autoempleados y los pequeños empresarios, que están costeando con sus ahorros la superación del caos vivido en los últimos quince meses

"No se trata de tener vidas para trabajar, sino de construir trabajos que nos permitan vivir mejor" arengaba la ministra desde la tribuna en la presentación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, ya que "Vamos a ser el primer Gobierno que le dé una oportunidad a la juventud". En ese plan, que aún está por desgranar, no se concretan las medidas que se van a adoptar en materia de regulación laboral y en otro punto importante como es la fijación del salario mínimo.

El Gobierno se divide entre quienes desde la prudencia creen que conviene mantener la estructura laboral establecida durante el Gobierno de Rajoy y no derogar la reforma laboral aprobada durante su mandato y que sirvió para generar empleos y para contener la sangría de la crisis, como se deduce de que un Gobierno que llegó para suprimir estas medidas las sigue manteniendo tres años después de que Pedro Sánchez fuera presidente, y, por otro lado, los que creen que hay que endurecer los modelos de contratación. Los primeros son también contrarios a la subida del salario mínimo interprofesional y los segundos aspiran a elevarlo hasta un 60% en lo que va de 2017 a 2023.

Es difícil dar una solución al paro estructural español, incluso es difícil saber cuáles son las causas que hacen que España, una economía con gran capacidad de producción, consumo y exportación, tenga tasas de empleo tan alejadas del resto de países de la Unión Europea. Sin embargo, creo que sí se puede observar que las medidas que propone la ministra de Empleo y quienes respaldan su estrategia apuntan hacia que el problema está en que resulta demasiado fácil contratar y en que el empleo es muy barato. De otro modo no sería razonable apostar por el endurecimiento del marco regulatorio del empleo y la subida del salario mínimo como solución para el desempleo en España. Si esto fuera cierto rompería con la idea tradicional de que los empresarios buscan flexibilidad laboral y bajos salarios.

El empresario se mueve por la rentabilidad de sus inversiones y que si no crea más empleos es por el temor a que la rigidez laboral tenga un alto coste

Resulta difícil de creer. Por el contrario, parece más lógico pensar, como siempre se ha creído, que el empresario se mueve por la rentabilidad de sus inversiones y que si no crea más empleos es por el temor a que la rigidez laboral tenga un alto coste en una eventual recesión de su actividad económica y a que la rentabilidad obtenida por cada empleo creado es menor si los salarios son altos.

La Unión Europea, esa que según la ministra nos mira como modelo y a la que España va "a dar ejemplo", está dando instrucciones para que cualquier alteración del sistema laboral se haga “tras haber evaluado de forma cuidadosa su potencial impacto y manteniendo los logros de pasadas reformas”. Tal vez sea un exceso de prudencia, pero, con permiso de la ministra, me quedo con la opinión del vicepresidente Valdis Dombrovskis, que al decir estas palabras advierte que no ve el problema en el modelo laboral español aprobado en 2012, que logró que hubiera veinte millones de cotizantes a la Seguridad Social, que se alcanzara el record de 9.158.300 mujeres trabajando y que la tasa de empleo juvenil se redujera en veinte puntos. Ojalá que la jovial ministra logre, al menos, recuperar las cifras de empleo que ya sabemos que el actual marco regulador puede alcanzar.