Este próximo jueves se da el pistoletazo de salida al conflicto en el Metal de Bizkaia, uno de los grandes convenios sectoriales de Euskadi junto a los metales de Gipuzkoa y Álava, este último también en pie de guerra. Comienza el tríptico de paros, previstos para los días 23 y 30 de junio y para el 1 de julio, con un desencuentro en el bloque sindical, del que se ha descolgado y no por decisión propia una sigla hace unos días entre graves acusaciones a algunos compañeros de viaje, principalmente ELA y LAB. Ha sido una "expulsión", asegura el sindicato LSB-USO, que si bien figura en la nómina de minoritarios es la quinta central sindical de Euskadi con un buen número de delegados en el ámbito industrial en Bizkaia. Al parecer la decisión del área de Industria de LSB-USO de dejar libertad a sus delegados sobre si secundar o no las huelgas del Metal habrían desencadenado este "veto", por el que ha acusado a las organizaciones nacionalistas de ejercer una "tiranía sindical".