Existe un consenso generalizado, de que a medida que avance la vacunación la recuperación de la economía se producirá. No existe consenso sobre si esta nos situara en el punto de partida, o las heridas de la crisis lastraran la recuperación. Hay la creencia de que los fondos de la UE facilitaran esa recuperación, pero existe la duda si la misma será asimétrica por sectores, por países o por actividades. Y si serán suficientes. Nadie explica, como el inmenso agujero producido en la economía mundial, con la excepción de China, se pagará. Es más, nadie tiene interés en explicarlo.

Ni la primera, ni la segunda Guerra Mundial, produjeron este descalabro. Llueve sobre mojado, sobre una tierra anegada por la crisis del 2008. Estados Unidos, desde su posición hegemónica militar, y su unidad fiscal y presupuestaria, vuelca inmensas montañas de papel moneda, con trasferencias directas a sus economías. La burbuja inmobiliaria, bursátil, y empresarial es enorme.

Nadie explica, como el inmenso agujero producido en la economía mundial, con la excepción de China, se pagará. Es más, nadie tiene interés en explicarlo.

Europa, con sus países endeudados al límite por la crisis del 2008, expansiona el balance del BCE, asumiendo montañas de dinero que a través de la banca llega a los Estados, sirviendo como contrapartida a una deuda garantizada por esa misma deuda, por esos mismos Estados. En una inmensa pescadilla que se muerde la cola. La Unión sin poder militar, sin presupuesto propio de ingresos, y con la fragmentación política en la toma de decisiones se va a enfrentar a un periodo de incertidumbre económica, política y militar.

En las comunidades de medios escritos y audiovisuales impera la ocultación sistemática de la realidad, como en un exorcismo en la que la negación de la palabra va a conducir a la negación de la realidad. Se extiende por todo el mundo occidental, la crisis de las instituciones y de la conciencia colectiva, con la imposición de un modelo individualista, egoísta y corto placista. Ande yo caliente y ríase la gente o el muerto al hoyo y el vivo al bollo.

 La Unión sin poder militar, sin presupuesto propio de ingresos, y con la fragmentación política en la toma de decisiones se va a enfrentar a un periodo de incertidumbre económica, política y militar.

El fracaso de la vacunación ha dejado a Europa sumida en el desconcierto. La esperanza de la salida del túnel se ha materializado en la impotencia de nuestro último ratio, el mito europeo. La resignación ante lo que viene. La aceptación de la muerte. La conciencia de que nuestro futuro económico y social será más agorero. No existe plan, no existe discurso, no existe liderazgo. Ni en Europa, ni en España, ni en Euskadi.

En España, el Presupuesto de 2021, los ingresos totales alcanzan la cifra de 323.996.708.230 euros (300.903.211.160 en los anteriores). Supone un aumento del 7,67%. Los créditos para gastos alcanzan los 521.175.227.870 euros (397.121.596.980 en los anteriores). El incremento es del 31%. Por tanto, los gastos superan a los ingresos en casi doscientos mil millones de euros (un 60,86%). Sin incluir las ayudas de la UE.

El Presupuesto elaborado por el Gobierno vasco prevé un gasto de 12.442 millones de euros para 2021. Los ingresos se complementarán con la emisión de deuda que asciende a 2.552,4 millones de euros, es decir, 457 millones más de la emitida en 2020.

Mas allá de la concesión de créditos y avales, que hay que pagar. Mas allá de ERTE que sustituyen al pago del desempleo en circunstancias anteriores, y que mantienen teóricamente el empleo y la cotización. El gran debate es las ayudas directas y la gestión de los fondos de la UE.

Se habla de 11.000 millones de nuevas ayudas, ¿directas? Se habla de ayudas a la hostelería y al comercio en Euskadi, ¿107 millones? .

Y a uno le asombra la ceguera de las Administraciones. En mitad de la peste negra, siguen bailando en sus palacios.