Podemos está en contra del gas de Subijana, en contra del petróleo, en contra de las centrales de carbón por su impacto medioambiental y en contra de la nuclear. Hasta ahí, todo razonable dentro del debate. En su programa electoral para las elecciones generales de 2019 fueron claros en su apuesta por las renovables, que incluye esa aspiración constante de tener una empresa pública de energía -en Euskadi se ve que aún no tienen constancia de lo que es el Ente Vasco de la Energía-, completamente legítima. Sin embargo, la coalición morada ha ido tachando una por una las alternativas renovables: las hidroeléctricas no le convecen, los parques eólicos tienen que pararse  y esta misma semana han decidido arremeter contra la fotovoltaica a nivel nacional y contra el hidrógeno a nivel autonómico. ¿Hay alguna opción que sea del agrado de Podemos o toca pensar en una forma de almacenar lo que cae sobre los pararrayos?