El operador ferroviario español suspendió en el último momento el pasado mes de abril una licitación de 72 trenes valorada en más de 1.300 millones de euros para modificar el pliego de condiciones. El objetivo era primar en la valoración de las ofertas a aquellas compañías que presentaban locomotoras sin emisiones de CO2 y con desarrollo de tecnologías de hidrógeno. El movimiento llevó a los fabricantes vascos a acelerar sus proyectos de trenes de hidrógeno, ya que sus competidores europeos iban por delante en esta tecnología. Según confirmaban fuentes de Renfe, el nuevo concurso estaba preparado desde septiembre, pero de nuevo se paró el procedimiento para aplicar nuevos cambios. Parece que es demasiado va y ven para un contrato de tanta importancia.