En un momento de crisis en la automoción es de aplaudir la valentía de algunos empresarios para seguir asumiendo operaciones importantes. La última, la adquisición de Gescrap por parte de Gestamp. Una apuesta por la economía circular y un reforzamiento del grupo y -por qué no decirlo- de su arraigo a Euskadi entrando en una empresa de Sestao y que sigue dando impulso a su estrategia de descarbonización, donde la firma de Francisco Riberas sigue buscando aceros de bajo impacto medioambiental