Esta semana fallecía un trabajador de 45 años al caer de un tercer piso de un edificio en construcción en el que trabaja en Irún. Este incidente supone el quinto accidente mortal en lo poco que llevamos de 2022 en Euskadi y se suma a otras cuatro muertes ocurridas en Pipaón, Ikaztegieta, Vitoria y Barakaldo. De los cinco accidentes mortales, dos pertenecían al sector de la construcción y la rehabilitación. Según datos de Osalan, Euskadi contabilizó el pasado año 35 muertes laborales en 36.364 accidentes laborales, 8 más que en 2020. Esto supone que los siniestros en el trabajo provocan una muerte cada diez días y un herido grave cada dos jornadas laborales.