Siguiendo a Jorge Manrique , la vida son los ríos que van a acabar al mar, pero quizás la vida sea como los caminos que suben y bajan, se tuercen y se retuercen, desaparecen y se encuentran, siempre guiado por el afán de avanzar y llegar. Los emprendes con gran ilusión y acabas derrengado.

En algún momento de la vida y del camino, te sientas a la vera de este, a disfrutar del paisaje y de la vida, y quizás de ese momento de satisfacción que en tu obsesión por avanzar no has disfrutado.

Ahora que en mi vida empieza una nueva etapa, acepto el reto de, a la vera del camino, contemplar con sosiego el paisaje y el paisanaje.

En estos tiempos de turbulencias, desasosiego, miedo e incertidumbre que la pandemia y Pedro Sánchez nos ha instalado, se abre la puerta al pensamiento negativo, añorando tiempos mejores que en la historia nunca hubo.

Probablemente, los actuales sean los mejores momentos de la humanidad en todo los conceptos. De la Humanidad, que no de los europeos occidentales, que hemos sido hegemónicos desde que los portugueses descubrieron la ruta del Cabo de Buena Esperanza, hasta que los rusos y los americanos echaron a franceses e ingleses del canal de Suez en 1956.

Tiempos nuevos, tiempos de crisis, que como en todas las grandes trasformaciones van a ser tiempos convulsos y difíciles.

Los que hemos vivido intensamente la política vasca, y la lucha contra el terrorismo, vivimos un poco ensimismados en el País Vasco. La política pequeña del nacionalismo, su discurso hegemónico y recurrente, su omnipresencia acaparadora de todo, nos ciega de lo que se está gestando en el mundo.

Y no hay mas tonto, que aquel que cuando se acaba el camino sigue andando.

Si la anterior crisis, demostró la debilidad de la Unión, la actual está abriendo nuevos interrogantes que solo se van a supera con una política decidida hacia el futuro de la Unión

 

La realidad vasca y su futuro va a estar mas condicionada que nunca por lo que suceda la próxima década. Década de transformación mundial, pero en nuestro entorno fundamentalmente europeo.

Vamos a pasar del marco nacional al marco europeo. De ser una de las 17 autonomías de España , a ser una de las 276 regiones en NUTS 2 de la Unión Europea.

La actual pandemia está llevando a los Estados nacionales de la UE a avanzar en el proceso de integración. Si la anterior crisis, demostró la debilidad de la Unión por haber alcanzado la unión monetaria del euro sin haber hechos los deberes de una unión tributaria y una unión presupuestaria, la actual está abriendo nuevos interrogantes que solo se van a supera con una política decidida hacia el futuro de la Unión.

Hacer frente a la crisis del Covid, va a llevar a España (114,6), Francia (116,4), Italia (150,4) y Alemania (65,6), principales economías y aportantes al presupuesto de la Unión contra las cuerdas, al alcanzar máximos históricos de deuda sobre el PIB, según las previsiones del FMI 2022.Hay augurios peores.

Para entendernos, como si hubiésemos participado en la II Guerra mundial, así va a ser nuestro endeudamiento.

El escenario es tan difícil , que ha tenido que ser la propia Unión, la que venga en apoyo de sus Estados miembros, con un paquete de ayudas de 750.000 millones de euros, de prestamos y subvenciones, por primera vez en la historia de la Unión.

Cuando los Estados nacionales dan síntomas de fatiga en su capacidad de endeudamiento , a pesar de la política de compras del Banco Central Europeo, tiene que ser la Unión la que se endeude por primera vez, asumiendo parcialmente la deuda de sus miembros, un hito histórico que marcara el futuro.

Tan hito histórico, como el acuerdo de que la parte de subvenciones y el servicio de intereses de esa deuda europea no se sufragara con la aportación de los Estados miembros, como hasta ahora, sino con “recursos propios” que nutrirán el plan de recuperación.

Un eufemismo, para camuflar que por primera vez la Unión pasa a tener impuestos propios para sufragar su presupuesto.

Impuestos y presupuesto, que estos ojos a la vera del camino esperan ir viendo crecer, más rápido de lo que pensamos, pues lo vamos a necesitar rápidamente, el tiempo corre y corre contra Europa.

Sigan otros andando el camino que acabo.