Si usted tiene más de 40 años puede que recuerde el primer anuncio y boceto que, en 1989, se hizo de la construcción de una nueva infraestructura de Alta Velocidad en Euskadi, la archiconocida Y Vasca. Un bebe que naciera en aquella época va a tener casi 40 años, si no hay más retrasos, cuando pueda subirse a un tren de Alta Velocidad en cualquiera de nuestras estaciones. No es de extrañar que algunos califiquen el AVE vasco como el más lento del mundo.

La historia de la espera de la llegada de la Alta Velocidad ferroviaria a Euskadi tiene muchas similitudes con una de las esperas más famosas de la literatura creada por el genial escritor Samuel Beckett: 'Esperando a Godot'. Al igual que en esta obra maestra del teatro del absurdo, la ciudadanía vasca lleva décadas esperando, cada vez con más escepticismo, unas obras ferroviarias que, en el caso del primer AVE a Sevilla tardaron sólo 3 años. El mareo, por no decir tomadura de pelo, de los diferentes responsables políticos con las fechas de su finalización daría para un nuevo guion que incorporar a este género de lo absurdo. Una rápida visita a la hemeroteca nos da de sobra para el primer acto. En 2008 se decía que la Alta Velocidad entre Euskadi y Madrid estaría en 2013 y la conexión con Barcelona en 2014. Posteriormente, estas fechas fueron cambiando 2016, 2017, 2018….y a principios del año pasado nos dieron la “definitiva”, en la enésima puesta en escena de las dos administraciones: El AVE llegaría por fin a Euskadi en 2023. Este mes ha llegado otro jarro de agua fría por parte del Delegado de Gobierno en Euskadi, la Alta Velocidad no llegará a tierras vascas hasta principios de 2027. ¿Alguno de ustedes es capaz de poner la mano en el fuego por esta fecha? El que escribe no. Y eso que, de ser verdad, tendríamos conexiones rápidas entre las capitales vascas “sólo” 20 años después del inicio de las obras y tras una inversión estimada de 6.000 millones de euros.

 

El mareo, por no decir tomadura de pelo, de los diferentes responsables políticos con las fechas de su finalización daría para un nuevo guion que incorporar a este género de lo absurdo

 

Creo que este capítulo bochornoso de la ineficiencia política daría para muchas críticas y exigencias de responsabilidades, que tradicionalmente en este país nunca asume nadie. Así que, me van a permitir que me centre en una de las consecuencias más graves derivadas de este absoluto desastre: el enorme coste medioambiental de este retraso.

Sé que desde muchos sectores del ecologismo y la izquierda abertzale se ha criticado y se critica su impacto ambiental en el territorio, especialmente en la zona rural, no olvidemos que casi un 70% del trazado de la Y vasca transcurre bajo tierra o elevado. Sin embargo, ¿se ha preguntado alguien la ingente contaminación extra que está suponiendo su retraso para una Euskadi donde hay más de 30.000 desplazamientos diarios en vehículo privado entre los tres territorios, 800.000 al año en autobús o donde más de 100.000 pasajeros usaron en 2018 las conexiones áreas de Loiu con Madrid y Barcelona? Nuestros vecinos franceses si lo han hecho y el resultado es que el mes pasado presentaron una nueva ley para prohibir los vuelos domésticos entre ciudades que tengan una conexión por ferrocarril que tarde menos de 2,5 horas para, de esta manera, cumplir con su compromiso de reducción del 40% de sus emisiones GEI para 2030.

El tren es con mucha diferencia el medio de transporte menos contaminante y, debido a la crítica situación provocada por el cambio climático, la apuesta más firme de muchos países para cumplir sus objetivos de reducción de gases efecto invernadero. Cada uno de estos pasajeros que elige el avión para volar a Madrid desde Bilbao o Donostia-San Sebastián emite 285 gramos de CO2 por cada kilómetro (la distancia Madrid-Bilbao es de aproximadamente 400 kilómetros) Si ese mismo pasajero eligiera ir en tren las emisiones bajarían drásticamente hasta los 14 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro, en autobús serían de 68 gramos y en automóvil privado de 104 gramos. No es de extrañar que el avión, a pesar de no ser ni mucho menos el medio de transporte más mayoritario, suponga el 2% de las emisiones mundiales.

 

Creo que este capítulo bochornoso de la ineficiencia política daría para muchas críticas y exigencias de responsabilidades, que tradicionalmente en este país nunca asume nadie

 

Por hacer algunos cálculos sencillos, los 61.439 pasajeros que volaron en 2018 entre Bilbao y Madrid emitieron a la atmósfera más de 7 toneladas de C02. Si esas mismas personas hubieran viajado en tren la emisión caería a poco más de 344.000 kilos de CO2. Por ponernos también en clave de movilidad autonómica, los aproximadamente 27.000 viajes diarios que en 2008 se hacían en automóvil entre los tres territorios vascos suponen una emisión anual de más de 13,28 millones de toneladas de CO2, si esos desplazamientos se hicieran en tren se emitirán 1,7 millones de toneladas de CO2, 12 veces menos.

Es evidente que con la llegada de la Alta Velocidad no se va a conseguir trasladar todos esos viajes al tren, pero sí que se puede conseguir un nuevo reparto modal más sostenible, sobre todo por la mejora de tiempos de desplazamiento y comodidad que supondría moverse en AVE entre las tres capitales vascas. De hecho, algunos cálculos, bastante conservadores, señalaban que el AVE vasco podría eliminar de nuestras carreteras más de 6.000 coches cada día. ¿Quién se va a hacer responsable de todo este desastre ecológico que está suponiendo el retraso de las obras de la Alta Velocidad? Creo que ya es hora de que las dos Administraciones responsables tomen, de verdad, el “toro por los cuernos” y terminen el trabajo, y no sólo de la Y Vasca. ¿Cómo quieren inaugurar en 2027 si todavía no están avanzados los trazados definitivos de las conexiones entre Burgos y Vitoria-Gasteiz y con Navarra, que enlazaría con el TAV a Barcelona? Por supuesto, ya no voy a entrar en la desastrosa planificación de la red de Alta Velocidad en España y en Euskadi, obviando una de las bases más esenciales de la movilidad sostenible como es la intermodalidad. ¿Alguien entiende que no haya ni una sola estación AVE en los principales aeropuertos del país? Y eso que aeropuertos tenemos unos cuantos, en Euskadi con poco más de 2 millones de habitantes, 3. ¿No sería lógico tener uno sólo conectado mediante la Alta Velocidad con las 3 capitales? Creo que a lo que planteo en esta última pregunta ya llegamos tarde y este debate, absolutamente de sentido común, levantaría ampollas en los 3 territorios, en alguno más que en otros. Pero, por favor, no permitamos que nuestro particular 'Esperando a Godot' se convierta en un 'Bienvenido Mr. Marshall' y dejemos pasar las oportunidades que nos trae el medio de desplazamiento colectivo más sostenible, entre otras cosas para articular el territorio mejorando los servicios en la actual vía férrea, que quedará muy liberada tras la entrada el funcionamiento del TAV. También realizando una buena gestión de la demanda para trasladar el máximo de viajes posibles al tren e incrementando exponencialmente el transporte de mercancías por vía férrea.

 

Creo que ya es hora de que las dos Administraciones responsables tomen, de verdad, el “toro por los cuernos” y terminen el trabajo, y no sólo de la Y Vasca

 

Los próximos días tenemos nueva cumbre ferroviaria Gobierno Vasco-Gobierno de España. ¿Podrán responder a algunas de las preguntas de este artículo? ¿Llegaré a subirme al AVE vasco, que se anunció cuando estaba cursando mis estudios universitarios, antes de que me jubile? Puede que nos pase como el cuento del lobo, de tanto anunciarlo cuando venga de verdad nos va a pillar desprevenidos y, desde luego, sin hacer los deberes en movilidad sostenible.