Política

La crisis nacional llega a un PP vasco que todavía sangra por la marcha de Alonso

La instrucción que reina entre los populares vascos es la de "mantener la calma" y "no precipitarse"

19 febrero, 2022 05:00

El cisma nacional del Partido Popular pilló a la plana mayor de los populares vascos comiendo juntos. La hora y media que pasó entre la comparecencia de Isabel Díaz Ayuso y la de Teodoro García Egea se topó con los principales cargos de la formación en Euskadi compartiendo mesa mientras veían cómo Génova y Sol se declaraban la guerra total. Desde entonces han pasado unas horas de guerra fría en la que solo dos cargos públicos entre las filas populares han dado la cara por la dirección nacional: la diputada Bea Fanjul y la secretaria general del PP de Bizkaia, Raquel González. Esta última ha sido la única dirigente orgánica que ha cumplido la orden de mostrar públicamente apoyo a Casado que el jueves por la tarde se encargaron de difundir Alberto Casero y Antonio González Terol, pilares fundamentales para García Egea.

Nadie más ha dado la cara en Euskadi por la dirección nacional. El presidente del PP alavés, Iñaki Oyarzabal, no ha lanzado más mensajes que dos retuits de dirigentes que piden resolver el conflicto lo antes posible: Alfonso Fernández Mañueco, el presidente en funciones de Castilla y León... y Alberto Núñez Feijoó, el presidente de Galicia al que muchos miran como tabla de salvación para una guerra en la que Ayuso, Casado o los dos pueden convertirse en cadáveres políticos. En Gipuzkoa solamente ha dado la cara Juan Carlos Cano, ya en la puerta de salida de la política, y lo ha hecho para lamentar la situación. El único juntero de los populares en Gipuzkoa insinuó este viernes que sobraban tanto Casado como Ayuso y denunció la depuración que Teodoro García Egea ha hecho con quien piensa diferente a él. "No nos podemos olvidar de lo que pasó con Alfonso Alonso, que nos dejó descabezados", apuntaba en una entrevista.

Ese matiz, la lapidación de Alfonso Alonso a dos meses de las elecciones vascas cuando ya había anunciado su intención de ser el candidato del PP a lehendakari —inicialmente los comicios iban a tener lugar en abril, pero la pandemia obligó a retrasar la cita con las urnas a julio— es lo que muchas figuras del PP vasco remarcan a 'Crónica Vasca' en privado. Un dirigente de gran relevancia se refería a la marcha de Alonso como "una herida que sigue doliendo". "Esta dirección nacional se ha quitado de en medio a todo el que no bailaba a su son" señalaba otro cargo popular a este diario.

Fuentes populares de los tres territorios remarcan a esta redacción la prudencia con la que se enfrenta ahora mismo el PP vasco al cisma madrileño por el que pasa el partido. Sin capacidad de influencia a nivel nacional, entre los populares vascos la instrucción es la de "no precipitarse" en la toma de decisiones. "Ahora hay que mantener la calma" señalaba un dirigente en conversación con este periódico. Esa es la tónica a nivel territorial y en la dirección autonómica, donde también reina el silencio entre cargos como Carlos Iturgaiz y Laura Garrido, que entre sus mensajes llamativos solo destaca un tuit escrito el 16 de febrero, antes de que estallase la crisis, por Iñaki Oyarzabal donde el presidente del PP alavés rechazaba los cordones sanitarios a Vox al tiempo que llamaba a reunificar todo el espacio político del centro-derecha bajo las siglas del Partido Popular.

Y es que aunque los dirigentes populares evitan pronunciarse abiertamente sobre con quién están en esta guerra lo cierto es que las simpatías apuntan más hacia una dirección que otra: apenas dos cargos se han pronunciado a favor de Casado mientras el resto calla o desliza algún mensaje que podría leerse entre líneas como un simple hartazgo con la dirección nacional o un apoyo a Ayuso. La falta de sintonía con Génova es un hecho más contrastado por la herida de la marcha de Alonso y también por la "falta de motivación entre la militancia" que refieren algunos portavoces populares en privado. Esa desconexión entre los populares vascos y el equipo de Pablo Casado puede dejar en una situación más que delicada a un Carlos Iturgaiz impuesto por Génova como líder del partido pero que tiene que enfrentarse a un congreso autonómico para ser elegido como presidente del PP vasco.

La conexión con Ayuso es algo que muy pocos dirigentes reconocen, pero no hay que olvidar que la presidenta madrileña iba a ser la invitada de honor a la tradicional cena navideña del partido en Álava hasta que la pandemia obligó a suspender el encuentro. Sea como sea, los populares vascos esperan que la situación se resuelva pronto "porque si esto no se arregla, el partido no tiene futuro".