Política

Idoia Mendia: "Cuando escarbas ves que hay mujeres en el mismo puesto de trabajo que cobran menos"

La vicelehandakari y consejera de Trabajo y Empleo confía en la mesa de diálogo social para impulsar el papel de la mujeres dentro del mercado laboral y llevarlas a ocupar más puestos directivos

7 marzo, 2021 05:00

Idoia Mendia es, desde el 2014, la primera mujer que se pone al frente del Partido Socialista Vasco. Ahora es además la consejera de Trabajo y Empleo y es también la vicelehendakari del Gobierno vasco. Uno de los objetivos principales del plan que ha diseñado para su departamento es impulsar la igualdad plena de la mujer y para ello ha trazado una serie de líneas para lograr un trabajo igualitario, con las mismas oportunidades y poner fin a la brecha salarial. Desde su puesto, ella considera que debe ser referente y ayudar a dar cauce a todas las demás mujeres.

Llega el 8M y ya hay convocadas más de 45 manifestaciones y actos para ese día en Euskadi. Sin embargo, desde el Gobierno vasco el discurso predominante que se lanza es no manifestarse por la situación actual de la pandemia, aunque usted ha dicho que lo considera como una oportunidad de dar ejemplo. ¿Qué es lo que debe hacer la ciudadanía?

Yo lo primero que veo es que la importancia del 8M es el 8M en sí. No debemos olvidar que es un día de reivindicación. Yo siempre suelo decir que deberíamos reivindicar esto todos los días del año, pero también tenemos este día y no debemos despistarnos con el ruido que se genera alrededor. El año pasado ya se generó un gran ruido por parte de algunos partidos políticos que no tienen ningún interés por la políticas de igualdad, como se está viendo, y yo creo que no deberíamos despistarnos del objetivo que es defender la igualdad entre hombres y mujeres. Eso es el 8M. 

Durante estos meses de pandemia sí hemos visto otras diversas manifestaciones por las calles: trabajadores de Osakidetza, por el deporte escolar, la hostelería, las empresas en ERTE...

Teniendo en cuenta las condiciones sanitarias que nos obliga pandemia, pues hemos visto que se pueden celebrar determinados tipos de concentraciones, incluso manifestaciones que, como dices, se han celebrado estos meses. Con mucho cuidado y mucha distancia. Yo creo que esta vez tenemos que hacer la reivindicación de todas las formas que se nos ocurra. A mi siempre se me quedará en la retina el 8M del 2018 que fue un antes y un después en los movimientos feministas. Tenemos que aprovechar los que tenemos un altavoz institucional, los partidos políticos, las redes sociales, todas las acciones que se nos ocurran utilizando los medios de comunicación... Yo no descartaría nada, pero sÍ es verdad que todos tenemos que ser conscientes que este 8M nos obliga a celebrarlo de una manera más imaginativa y no tan masiva como nos gustaría. 

Los últimos datos del desempleo en Euskadi vuelven a evidenciar cómo la balanza del paro vuelve a caer del lado de las mujeres. ¿Cuáles son los retos para que la mujer refuerce su posición en el mercado laboral?

Hay que actuar en diferentes frentes. Por un lado está el frente educativo que es muy importante. Ahí vamos impulsando el talento femenino y sobre todo la orientación de las mujeres hacia las carreras tecnológicas, de matemáticas y ciencias que son las que hacen que la mujer tenga más presencia en el mundo industrial y, por tanto, mejores salarios. Después hay que hacer un seguimiento y un impulso. Desde el departamento que yo dirijo, una de las cuestiones que he impulsado a través de los Presupuestos es el papel de la mujer, trabajar con ellas para que a nivel de directivas, empresarias, ocupen el papel relevante en cuanto a número que tenemos las mujeres en la población. Es decir, que ocupemos todos los espectros de la sociedad: en la política, en la economía, y también en los puestos directivos. Y eso hay que trabajarlo en muchos frentes.

Vamos impulsando el talento femenino y sobre todo la orientación de las mujeres hacia las carreras tecnológicas, de matemáticas y ciencias que son las que hacen que la mujer tenga más presencia en el mundo industrial

La brecha salarial en Euskadi roza en estos momentos los 7.500€. Precisamente, combatir esto es uno de los objetivos de su departamento… 

Sí. En el campo del trabajo hemos hecho a través de la mesa de diálogo social, acuerdos que encaminan hacia la igualdad entre hombres y mujeres poniendo medios para luchar contra esta brecha salarial. Hemos reeditado una guía que se hizo la legislatura pasada sobre el trabajo de igual valor porque cuando miras a las empresas, aparentemente parece todo es igual. Sin embargo, cuando escarbas un poco ves que mujeres que están en el mismo puesto de trabajo, cobran diferente. Eso hay que aflorarlo. Nosotros, aprovechando la colaboración con los agentes sociales y económicos y con esa guía, queremos hacer algún programa piloto con empresas para aprender cómo podemos combatir esas desigualdades. 

Tenemos que ser referentes. Creo que las mujeres que hemos tenido la suerte de estar en puestos de responsabilidad, tenemos una obligación moral mayor con respecto a dar ejemplo, a luchar, a combatir y sobre todo también a dar cauce a todas las demás. 

El plan que propone contra la brecha salarial incluye medidas como subvenciones para el impulso de mujeres en órganos de dirección, ¿se han planteado imponer sanciones a las empresas que lleven a cabo esta discriminación por género?

La línea que tengo yo es de ayuda a las asociaciones y proyectos que empujan la presencia de mujeres en puestos directivos. Por otro lado, hay un paso, que ya se empezó a dar con la Ley de Igualdad a nivel de toda España y de toda Euskadi y que tenemos pendiente de reforma para esta legislatura, que es poner una cuota a la participación de las mujeres en los consejos de administración. Se que hay un debate por parte de algunos partidos pero yo soy muy defensora de las cuotas porque son las que nos han permitido a las mujeres dar un paso al frente. Si las mujeres socialistas en aquel momento no hubieran impuesto las cuotas dentro del Partido Socialistas, no hubiéramos estado en puestos de responsabilidad dentro del partido que luego te dan pie para estar en las instituciones y luego en los gobiernos. Y eso mismo lo tenemos que trasladar también al mundo empresarial. 

No es lógico que a nivel académico las mujeres ocupemos un porcentaje enorme en las facultades y en las carreras y en la formación y luego se vea reflejado en las cúpulas de las empresas o de cualquier esfera. Tenemos que allanar ese camino. Las mujeres aportamos un valor y un talento que nadie tendría que despreciar porque es como prescindir de la mitad de la inteligencia, del sentido del humor, de todo… eso hay que promoverlo. Y tenemos que trabajar en ello. 

Las mujeres aportamos un valor y un talento que nadie tendría que despreciar porque es como prescindir de la mitad de la inteligencia, del sentido del humor, de todo…

Hemos visto últimamente una tendencia que lleva a la gente más joven a sentir cierta empatía con partidos que, por primera vez, ponen en tela de juicio leyes como la de la violencia machista. ¿Qué está fracasando en la educación para que esto ocurra?

Pues es una buena pregunta porque verdaderamente algo está fallando. Los jóvenes dan por sentado que la democracia ha venido para quedarse y que los derechos conquistados ya están ahí, están en la Constitución, en las leyes básicas y nos los van a respetar siempre. Sin embargo, esta conquista de derechos debe ser permanente y en ese sentido yo creo que debería haber un mayor diálogo intergeneracional entre las mujeres que fueron las primeras feministas que abrieron camino en españa y las generaciones más jóvenes. Es intolerable que las mujeres jóvenes, adolescentes sobre todo, permitan que sus pareja les vigile el móvil. Ese es un modo de control absoluto y de una relación de superioridad e inferioridad y eso es intolerable en cualquier relación. Ahí hay que hacer un especial trabajo en el ámbito de la educación desde los poderes públicos.

Mi madre, por ejemplo, no podía abrir una cuenta en el banco sin el permiso de mi padre, tuvo que dejar de trabajar cuando se casó. Yo afortunadamente he podido elegir estudiar, trabajar, tener o no tener hijos, casarme o no casarme, soy una mujer libre pero hay que ser consciente que eso pasó hace bien poco y que las cosas pueden cambiar completamente. 

Cada vez se ha vuelto más habitual, desde ciertos movimientos feministas, la reclamación de censurar ciertas obras artísticas, como canciones o películas, de hace años por considerarlas machistas, ¿qué le parece esta “censura a posteriori”?

Pues la verdad es que siempre me ha sorprendido porque si miramos con los ojos de hoy cualquier cosa del pasado, nadie ni nada está a la altura. La contextualización histórica de cualquier hecho es necesaria para la interpretación que tenemos que hacer cuando algo se encuentre ofensivo. Creo que además los historiadores a la hora de hacer las exposiciones últimamente lo que hacen es eso, contextualizar, y hay que hacerlo así. Yo creo profundamente en la libertad, en la libertad de expresión y en la libertad creativa y hay que respetarla y lo que nos falta hoy en día es precisamente eso, tolerancia. Tanto desde lo más pequeño, como la tolerancia entre vecinos, como lo más alto que lo estamos viendo en la crispación política que tenemos a nivel nacional en el Congreso de los Diputados. Si nos ponemos a mirar bien, no pasaríamos el filtro ninguno.