Urkullu admite un "enfriamiento significativo" de la economía vasca

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha admitido este lunes que las perspectivas de la economía vasca no son las mejores ahora mismo. Si bien ha afirmado que todavía no está en recesión, sí ha reconocido que sufre un "enfriamiento significativo" y ha vaticinado el 2023 será un "año muy difícil", aunque con una previsión de crecimiento del 2,1 % del PIB.

En una conferencia en Nueva Economía Fórum recogida por Efe, el lehendakari ha descartado abordar una reforma fiscal hasta que la situación global no se estabilice y ha defendido que el actual sistema está funcionando correctamente.

Urkullu ha explicado que el presupuesto del Gobierno vasco para el próximo año superará por primera vez los 14.000 millones de euros y será "valiente y anticíclico" y recoge también proyectos estratégicos a medio y largo plazo.

De cara a los nubarrones que se avecinan, ha dicho que "si hay recesión será transitoria y estamos preparados" para combatirla. Y ha querido recordar que Euskadi ha conseguido en 2022 grandes mejoras en el empleo y en la reactivación económica (el PIB de 2022 será de unos 84.000 millones, 5.000 más que antes de la pandemia). 

El consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu / Europa Press

Recorte de previsiones

Todos los análisis empujaban a una rebaja de las previsiones de crecimiento para el año que viene, que finalmente quedan en un avance del PIB de poco más del 2%, tal y como ha subrayado el lehendakari. El departamento de Economía y Hacienda de Pedro Azpiazu mantiene sin embargo para el cierre de 2022 un crecimiento del 4% que ha sido puesto en duda por considerarse demasiado optimista por agentes como la autoridad fiscal Airef.

En cuanto al mercado de trabajo también se produce un fuerte ajuste de la previsión de mejora. Según el Gobierno vasco el año que viene se crearán 12.000 nuevos empleos, menos de la mitad que en 2022.