Sociedad

Cristina Ortega: “Trabajar con la NASA es un examen semanal, pero se aprende muchísimo”

La ingeniera aeronáutica de AVS, la empresa vasca que ha trabajado en la misión del Perseverance, reconoce que “hace 10 años no se me pasaba por la cabeza todo lo que estamos logrando”

20 marzo, 2021 09:30

El 18 de febrero aterrizaba en un cráter del hemisferio norte de Marte el Perseverance, un coche de seis ruedas y una tonelada de peso, equipado con siete instrumentos científicos con los que intentar analizar la composición atómica y química y buscar rastros de microbios marcianos. Tras un viaje de más de 470 millones de kilómetros, el quinto vehículo de la NASA en marte tocaba suelo y en ese momento Cristina Ortega respiraba algo más tranquila. La directora de Espacio de AVS (Added Value Solutions), la empresa de Elgoibar que ha participado en esta misión, que siendo muy joven, en un viaje familiar en Cabo Cañaveral, tuvo claro que quería hacer cosas en el espacio, señala en su calendario particular la fecha como “una de las más importantes y emocionantes” de su vida. Esta ingeniería aeronáutica, con especialidad en vehículos espaciales, que desborda pasión y una gran capacidad para explicar de manera fácil las cosas difíciles, ha hecho de la perseverancia uno de sus motores. Su primer proyecto fue Gaia, una sonda espacial lanzada en 2013 por la ESA (Agencia Espacial Europea) para crear un mapa 3D y en alta definición de la Vía Láctea. Ahora, tras Perseverance mira al futuro con la emoción y responsabilidad de seguir haciendo cosas importantes.

18 de febrero de 2021. ¿Una fecha para recordar o una más?

Es una fecha importante, con muchas sensaciones. Debido a la situación de pandemia no perdimos ver el despegue desde Cabo Cañaveral con todos los equipos que han participado en la misión, como estaba previsto, y tuvimos que hacerlo telemáticamente. Para el aterrizaje sí que nos pudimos juntar con algunas de las personas implicadas aquí en España y fue muy especial. Estábamos muy nerviosos porque el trabajo de 5 años dependía de ese momento, que se confirmara que había aterrizado. Es que no quiero ni pensar si no hubiese sido así… No sabría explicar las sensaciones de ese momento, no encuentro palabras. Saber que hay algo de ti en Marte es….

¿En qué ha consistido el trabajo de AVS en este proyecto?

En esta misión AVS ha participado en varios aspectos. Por un lado, en MEDA, que es uno de los siete instrumentos que lleva el rover Perseverance. El explorador lleva como una caja de herramientas, para analizar el suelo, la mineralogía, las rocas y como estación meteorológica, Meda, que le va a proporcionar información sobre el viento, la temperatura, la radiación, la humedad, la presión. También hay una SuperCam, equipada con una cámara, láser y espectómetros, que necesita de una calibración. Nosotros hemos aportado la paleta de 30 muestras que va a servir para hacerlo.

Menudo subidón comprobar que el trabajo funciona

La verdad que sí, aunque nosotros, hasta varios días después del aterrizaje, no nos pudimos relajar y dar por bueno nuestro trabajo. Al aterrizar comprobamos que uno de los sensores en los que habíamos trabajado funcionaba bien y respiramos, pero hasta días después no se podía comprobar si otro de los sensores funcionaba. Hemos probado mil veces ese trabajo, pero aquí, en la Tierra. Aunque hemos simulado las condiciones de Marte, nunca es lo mismo. Se ha tirado tres meses viajando por el espacio exterior, ha sufrido un aterrizaje en Marte… Siempre ronda por la cabeza el y si… Es inevitable tener temores y se te pasan por la mente muchísimas cosas. Ver que si funcionaba el segundo sensor días después fue un segundo hito para nosotros, más importante quizás que el otro. Cuando nos llegó una foto de que se había desplegado, fue un subidón. Fue un momento ya más íntimo, no tan mediático, pero para nosotros muy importante. Eran las 5 de la mañana y estábamos cada uno en nuestra casa, pero la sensación fue increíble.

¿Es su proyecto más importante?

Cada uno de los proyectos en los que participo son importantes para mí. Los hay variopintos. Tenemos todo tipo de proyectos y no son fáciles de conseguir, los pequeños y los grandes. Hemos tenido que trabajar duro para conseguir todos y cada uno de ellos y todos tienen tiene su cosita. El de Marte quizás sea un poco más especial para mí porque, efectivamente, es muy relevante, porque llegar a Marte es muy complicado. Además, ha sido el primer proyecto en el que además estaba trabajando únicamente con la NASA.

¿Qué ha supuesto esta experiencia?

Ha sido impresionante, hemos aprendido muchísimo, pero también ha sido un examen semanal. Cada jueves a las 16.00 teníamos una reunión con el equipo de la NASA, era un examen cada una de ellas. La gente que había ahí era buenísima. Me llevo el haber conocido de primera mano, cómo trabajan y trabajar con los ingenieros aeroespaciales más importantes del mundo. Haber absorbido su manera de trabajar es increíble. Además, este proyecto va a dar lugar a otros. Esto no se acaba aquí y eso es muy importante.

Se abren un montón de posibilidades para AVS

A partir de aquí, a por todas. Hemos sido seleccionados para desarrollar una mano robótica para recoger las muestras de la superficie marciana y que puedan ser estudiadas en la Tierra. Los robots que llegan a Marte son como laboratorios andantes, pero claro, están limitados. Toda la comunidad internacional, todas las agencias, se han planteado este objetivo, pero no se puede hacer de una vez, hay que ir por misiones. Nosotros ya hemos empezado a trabajar en este proyecto que permita ir recogiendo las muestras, pero no estamos sólo en este, trabajamos a la par en otras cosas.

Presión, exigencia, responsabilidad…

¡Y satisfacción!, aunque el nivel de exigencia es muy grande. Por ejemplo, estamos ahora en una misión europea, Copernicus, un programa de observación de la Tierra diseñado para proporcionar información para mejorar la gestión del medio ambiente, comprender y mitigar los efectos del cambio climático y garantizar la seguridad ciudadana… Estamos desarrollando, en colaboración con entidades internacionales y universidades importantes, propulsores para satélites de telecomunicaciones. Tenemos muchos planes

Visibilizar tu labor en este sector puede ayudar a muchas chicas a darse cuenta de que se puede, a normalizarlo...

Es cierto que no hay muchas mujeres, aunque cuando yo estudié no había muchas mujeres ni hombres, éramos pocos en general, pero sí que es cierto que es importante romper con esa idea, tradición, de que esto es más normal para los chicos. Yo animo a que se hagan carreras técnicas, que hagan lo que les apasiona. Nosotros dedicamos mucho esfuerzo a captar talento. Hacemos proyectos muy importantes que nos hacen cada vez mejores y también nos ayuda a atraer mejores talentos. Queremos a los y las mejores que me van a aportar lo que en este momento estoy necesitando. Recuerdo que ganamos un proyecto a nivel europeo, en el que todas las que estábamos involucradas en el proyecto éramos mujeres sin haberlo pretendido. Ese es el camino.

Un trabajo con mucha relevancia, pero que a la vez tiene una parte de juego, de probar…

Cuando estamos en pleno desarrollo de un proyecto, estamos muy motivados, implicados y para nuestro equipo es algo divertido, con un componente muy creativo. Es una esencia que no quisiera perder nunca. De hecho, cuando llega gente nueva siempre le digo que tiene que tratar de disfrutar con lo que hace porque hay momentos muy duros y que es vital estar contentos con lo que hacemos.