Sociedad

La historia del resurgir de la cervecera más antigua de Euskadi

Más de 30 años después de su cierre, dos amigos de Bilbao sienten la oportunidad y necesidad de devolver a Bilbao "parte de su patrimonio" y se enrolan en el reto de recuperar La Salve

14 noviembre, 2021 05:00

El reto era claro: recuperar una marca de Bilbao con más de 130 años de historia. Ya son siete años desde que dos amigos bilbaínos, Eduardo Saiz Lekue y Jon Ruiz Ibinarriaga. devolvieron a la ciudad algo que "es parte de su patrimonio", la cerveza La Salve. La historia de esta mítica marca se remonta a 1886 cuando José Schumann y Cordés instaló una fábrica con la que elaborar tanto cervezas como bebidas gaseosas junto a la Ría. A partir de 1910, La Salve ya se encontraba en manos de la familia Pérez-Yarza, quienes regentaban numerosos negocios en Bilbao, entre ellos el Hotel Excelsior. Pero en 1978, la cervecera de Bilbao tuvo que cerrar sus puertas.

Durante los años 60 o 70 había a nivel local una cervecera en cada sitio, pero ya en los 70 el mercado se concentró. Las grandes empresas absorbieron a las pequeñas y muchas compañías familiares y locales se perdieron. Eso fue lo que pasó con La Salve, pero también con otras cervezas que había en Vitoria o en San Sebastian.

Imagen exterior de la Cervecera de La Casilla, años 70 ARCHIVO MUNICIPAL DE BILBAO – BILBOKO UDAL ARTXIBOA. Fondo La Gaceta del Norte

Imagen exterior de la Cervecera de La Casilla, años 70 ARCHIVO MUNICIPAL DE BILBAO – BILBOKO UDAL ARTXIBOA. Fondo La Gaceta del Norte

 

Imagen exterior de la Cervecera de La Casilla, años 70 ARCHIVO MUNICIPAL DE BILBAO – BILBOKO UDAL ARTXIBOA. Fondo La Gaceta del Norte

En 2014, Eduardo Saiz Lekue y Jon Ruiz Ibinarriaga, dos amigos desde el colegio, ven la necesidad y también la oportunidad de recuperar esa parte del patrimonio bilbaíno. Una idea que surge de manera muy casual y tomando unas cervezas. "Todas las ciudades tienen iconos. Bilbao tiene la virgen de Begoña, tiene el Athletic... y nos faltaba tener una cerveza porque todas las grandes ciudades tienen que tener una cerveza propia. Y en un momento en el que Bilbao se ha reconvertido, necesitábamos recuperarla", explica Eduardo Saiz Lekue.

Para enrolarse en todo este proyecto, decidieron contactar con la familia Pérez-Yarza, a quienes no solo les pareció una buena idea recuperar la marca, sino que quisieron volver a formar parte de ella. "Esto ha sido clave porque ellos son los verdaderos protagonistas y hemos podido contar con ellos en todo este proceso, ellos eran quien mejor la conocían", apunta Saiz. Además, nada más arrancar con todo esto llego la colaboración de Mahou San Miguel que vio interesante el proyecto por el hecho de "compartir los valores familiares de ambas marcas".

Desde el primer momento ellos han querido ser "fieles al ADN de una cerveza local". Bilbao, historia, pasión e innovación son los cuatro valores que destaca el director de la Salve sobre esta mítica cerveza bilbaina que es la segunda más antigua de España. En el proceso de producción, se muestran comprometidos con el entorno local y por ello utilizan materia prima cercana como la cebada de Álava, el lúpulo que lo compran a unos 100 kilómetros de Bilbao o el vidrio y las etiquetas que también son de Bizkaia. Desde el año 2018, la producción se realiza en una fábrica bilbaína y la producción arrancó con unos 200.000 litros de cerveza producidos.

"Vimos una oportunidad porque el consumidor valora las marcas comprometidas con el entorno y con lo local y La Salve ya guarda un hueco en sus corazones", dice Eduardo Saiz. En este momentos, alrededor del 70% de las ventas son en Euskadi, pero también llega a otros lugares como Asturias, Extremadura, Madrid y Barcelona.  El sello Bilbao asegura que abre muchas puertas, pero también "exige mucho y conlleva mucha responsabilidad".

Una imagen antigua de reparto de cervezas La Salve. / La Salve

Una imagen antigua de reparto de cervezas La Salve. / La Salve

Sobre su regreso en el año 2014, lo recuerdan como un momento muy bonito en el que los bilbaínos les recibieron "con los brazos abiertos". "Para la gente más mayor fue como recuperar algo con lo que habían crecido, porque o bebió La Salve o vio como en su casa se bebía. Para ellos ha sido recuperar una parte de su historia y de su vida. El sector más joven nos ha valorado y con mucho orgullo porque coincide también con un momento en el que la cultura cervecera está en ebullición, Antes pedías una caña o un zurito y ya estaba, ahora no, ahora pides un tipo o una marca en concreto", explica Eduardo Saiz.

Él asegura que ahora mismo viven un momento álgido de crecimiento por la buena salud de la que goza este mercado. Aun así, el año y medio de pandemia para ellos también ha estado lleno de "incertidumbre" sobre todo por la unión tan directa con la hostelería que tantas restricciones ha sufrido. "Ha sido un tiempo de adaptarnos a las oportunidades y nosotros optamos por lanzar el servicio de venta a domicilio que nos ha permitido tener un canal directo con el consumidor. De cara al futuro, nuestro objetivo principal va a ser que La Salve siga siendo la cerveza de referencia en el corazón y en la mente de los que la beben y seguir creciendo con con nuestros valores y sello de identidad", apunta el director.