Sociedad

Reeditan un cómic con testimonios de los 146 vascos deportados a campos de concentración nazis

Deportado 4443 cuenta historias como la de Marcelino Bilbao, un bilbaíno sometido por los nazis a experimentos médicos

31 enero, 2022 05:00

En la semana en la que se han conmemorado el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto, la editorial Penguin Random House ha decidido reeditar el cómic 'Deportado 4443', un relato animado dedicado a las 9.300 víctimas españolas del nazismo. Al menos 146 de ellas fueron vascas: 74 vizcaínos, 62 guipuzcoanos y 10 alaveses que vivieron de primera mano el terror del régimen de Hitler en sus carnes.

El cómic, editado por primera vez en 2017, vuelve cinco años después a las librerías después de que las 5.000 ediciones publicadas entonces se agotaran rápidamente. Ahora en este 2022 se imprimen nuevos ejemplares de estas 256 páginas que explican a mayores y pequeños lo que fue el nazismo y cómo trató Hitler a los españoles apresados por sus soldados. 5.500 de ellos no sobrevivieron para contarlo y a ellos es a quienes más está dedicado este cómic dibujado por Ioannes Ensis y guionizado por Carlos Hernández de Miguel.

Este último, periodista y autor de 'Los últimos españoles de Mauthausen' y 'Los campos de concentración de Franco' atiende a 'Crónica Vasca' para hablar sobre memoria, literatura y víctimas. La idea de contar estas historias tiene un origen familiar, ya que el tío de Hernández, el murciano Antonio Hernández Marín, fue uno de los supervivientes españoles que pasaron por campos de concentración como Auschwitz, Mauthausen, Dachau o Ravensbrück.

Proporcionalmente a la población española de entonces, no fueron tantos los vascos que perecieron en las alambradas construidas por el gabinete de Hitler. La explicación para el autor del cómic reside en que "el frente vasco fue un frente del que fue difícil escapar, porque Franco capturó aquí a muchos republicanos sin que les diese tiempo a huir como sí pudo ocurrir en otros puntos de la geografía española como Alicante, Cartagena o Barcelona". La anulación de los pactos rubricados en 1937 por las tropas italianas al servicio de Franco y el Gobierno vasco en Santoña hicieron que buena parte de la cúpula militar republicana de Euskadi fuese ejecutada tras consejos de guerra sumarísimos.

Así que pocos fueron los disidentes capaces de escapar a Francia. Sin embargo, la letalidad que tuvo para los vascos capturados por los nazis en Europa sí que fue exactamente igual que la del resto de presos españoles: aproximadamente dos tercios murieron a manos del nazismo.

Marcelino Bilbao, un joven de Barakaldo víctima de los experimentos con humanos

Son varias las viñetas dedicadas a víctimas vascas, aunque el caso más llamativo entre los presos de Euskadi capturados por las tropas alemanas es el de Marcelino Bilbao. Nacido en Barakaldo en 1920, este joven minero luchó con apenas 16 años en el bando republicano durante la Guerra Civil dentro del batallón Isaac Puente, en las filas de la CNT en Euskadi. Bilbao participó en el frente de Asturias y fue testigo directo del bombardeo de Gernika. A la caída del frente norte, consiguió huir desde Avilés a Burdeos y participó también en el frente catalán. El Gobierno de la II República le condecoró con su máxima distinción: la Medalla de la Libertad. En febrero de 1938 huyó a Francia.

Bilbao participó también en la II Guerra Mundial y fue hecho prisionero durante la defensa de la Línea Maginot en 1940. Tras varias peripecias, el régimen nazi lo trasladó al campo de concentración de Mauthausen. Allí trabajó en la cantera del campo de concentración y participó en los experimentos con humanos realizados por el doctor nazi Ariber Heim, que inyectó sustancias tóxicas a 30 prisioneros. Entre ellos, Bilbao, que tal y como aparece en el cómic, recibió una inyección cerca del corazón. Entre él y sus compañeros de experimento apenas siete sobrevivieron a las atrocidades del doctor Heim.

Estos experimentos aparecen recogidos en el cómic de Ensis y Hernández, que cuenta que en casos como el de Bilbao no solamente busca contar la barbaridad de los experimentos humanos, "también la agonía de sus compañeros que lo ven desaparecer y lo dan por muerto". "Hay que tener en cuenta que Bilbao y otros españoles habían visto como para hacer hueco en los campos de concentración se mataba a enfermos inyectándoles gasolina".

Marcelino Bilbao sobrevivió a Mauthausen y posteriormente fue trasladado al campo de Ebensee, liberado por los aliados el 5 de mayo de 1945. Tras el conflicto bélico, el Gobierno francés le concedió la ciudadanía gala y residió allí hasta su muerte en Châtellerault el 25 de enero de 2014. En 2006 este superviviente del nazismo fue reconocido en Bilbao con un homenaje realizado por la CNT a él y a otros compañeros de las milicias confederales vascas.