Sociedad

Las víctimas defienden la justicia restaurativa y advierten de su desvinculación del perdón

Ambas mujeres han contado sus experiencias en el congreso internacional sobre victimología celebrado en San Sebastián y han pedido que el perdón de el salto a la esfera pública de manera "oficial"

7 junio, 2022 15:00

Pili Zabala, hermana de Joxi Zabala asesinado por el GAL en 1983, y Bárbara Dührkop, viuda del senador socialista Enrique Casas, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapistalistas han participado en diversos encuentros restaurativos a lo largo de los últimos años. Este martes han expuesto sus experiencias y han defendido la viabilidad de la Justicia Restaurativa en Euskadi en el congreso internacional de victimología que se celebra en Donostia hasta el jueves. No obstante, ambas mujeres han desvinculado el perdón de esta justicia, ya que consideran que solo se ha llevado a cabo en la esfera privada y no en la pública.

Ambas consideran la Justicia Restaurativa un ejercicio de terapia y una forma de compartir memoria, aunque aún queda un paso por dar: la disculpa pública. En esta líne, la hermana de Joxi Zabala ha reconocido en el seminario que agradeció que representantes de las instituciones que "habían causado el daño a su familia" con las que tuvo un encuentro le pidieron "perdón", pero ha señalado que "necesita" una "disculpa" pública y "oficial" por la muerte de su hermano.

"Tuve un ofrecimiento para participar en encuentros restaurativos y pude estar con un exmiembro del GAL con el que pude comentar la tragedia de mi familia, para lo que tuve que hacer un ejercicio de introspección para sanar, para limpiar", ha indicado Zabala. La exparalamenaria de Podemos, que acudirá a una visita al cuartel de Intxaurrondo dentro de las actividades programadas por el seminario, ha recordado que tenía 15 años cuando su hermano desapareció en 1983 y ha señalado que "tenía la necesidad de conocer a un guardia civil bueno".

Pili Zabala en el congreso sobre victimología celebrado en San Sebastián / EFE

Pili Zabala en el congreso sobre victimología celebrado en San Sebastián / EFE

Ejercicio de terapia y memoria compartida

"Siempre he sabido que la Guardia Civil ha sufrido mucho en Euskadi y ese intercambio, salirte de tu lugar de vivencia y aliviar ese foco para poder ver que ha habido muchas vulneraciones de derechos y poder apreciar el dolor del otro y sentirlo tuyo y que el otro sienta tu dolor como suyo es algo muy positivo y nos hace mejores seres humanos", ha indicado Zabala, que no ha revelado detalles ya que la confidencialidad es uno de los requisitos de los encuentros. 
 
En cuanto al perdón, ha remarcado que "tiene un significado cristiano" y "hay que ganárselo, porque no vale pedir perdón y seguir haciendo lo mismo". No bostante, añade que "lo más importante es que la persona que ha cometido delitos se perdone a sí misma, lo que quiere decir cambiar, reconocer el daño causado y ser capaz de volver a vivir en sociedad adoptando las normas convivencia", ha señalado.

Barbara Dührkop ha indicado que la justicia restaurativa es al mismo tiempo "una terapia, una forma de compartir memoria y también de obtener un cierto sosiego y reconciliación" al tiempo que supone "enfrentarse" con lo que pasó para "digerirlo y hacer introspección".

"Las víctimas todas son únicas y solo tienen en común el ser víctimas y que no querían serlo", ha señalado la viuda de Enrique Casas, que ha resaltado que en lo relativo a la justicia, además que los asesinos respondan de sus actos está la "justicia social, algo que ha faltado en Euskadi, "que era el país del miedo". Por tanto, ha recordado que "las víctimas molestábamos, éramos un elemento perturbador, pero esto ha cambiado y eso ha sido lo más importante".

Bárbara Dührkop durante el congreso internacional de victimología celebrado en San Sebastián / EFE

Bárbara Dührkop durante el congreso internacional de victimología celebrado en San Sebastián / EFE

El perdón es "individual"

En cuanto al perdón, ha señalado que es "individual" y ha subrayado que es "muy difícil" perdonar a alguien que mató a su marido y le dejó sola con 4 hijos, el más pequeño de tan solo 8 meses.

"La primera víctima fue Enrique, que no ha podido ver crecer a sus hijos y a sus nietos. Yo no puedo perdonar, pero eso no significa que el culpable que ya ha cumplido su pena y ha reconocido el mal causado, no tenga la oportunidad de reintegrase en la sociedad y rehacer su vida", ha indicado.